Alerta por caracoles gigantes

La aparición de una nueva especie de caracol en la sierra de Montroy preocupa a las autoridades que quieren evitar que se expanda y cause problemas como ha pasado con otras especies invasoras en los últimos tiempos.

En este caso, se trata del Helix melanostoma el que está en el punto de mira y por el que la Policía Local solicita la colaboración ciudadana para frenar su avance por los campos del término municipal.

Hace unos días se encontraron y retiraron unos 20 ejemplares en la sierra de Montroy por lo que es posible que haya más en otros puntos. Así se ha solicitado a los vecinos que avisen a la policía o al Seprona en caso de ver estos animales.

Unos caracoles que llaman la atención por su gran tamaño. Pueden llegar a medir unos diez centímetros y esto provoca que sean más voraces que sus homólogos autóctonos al necesitar ingerir una cantidad superior de alimentos.

De ahí nace la preocupación al temer que puedan acabar con los caracoles de la zona o con otras especies de la fauna propias de este territorio.

El Helix melanostoma es un viejo conocido de la Ribera pero hasta ahora se había concentrado en una partida de Catadau donde se encontraron los primeros ejemplares hace unos 20 años. Allí la población de estos moluscos está controlada para evitar su expansión y no ha generado problemas en los cultivos, según explican los agricultores del Marquesat.

Sin embargo, dos décadas después de la llegada de este animal a la comarca, parece que ha comenzado a proliferar por otras zonas y estos puede ser un riesgo para los cultivos y la biodiversidad de esta sierra.

El nombre coloquial con el que conocen a este animal en el área de Catadau es 'caracol francés' debido a que en Europa el primer lugar donde se registró fue en ese país. Pero su lugar de origen es el norte de África desde donde llegó ya hace décadas al antiguo continente.

Además de ser un caracol de mayor tamaño que las especies autóctonas este molusco también se diferencia por su concha, más rugosa y con estrías. Otra de sus características es que se entierra todos los días, cavando un agujero de unos tres a cinco centímetros de profundidad.

Los agentes creen que los caracoles podrían haber llegado a Montroy a través de trabajadores de los campos cercanos a donde se han hallado los ejemplares, en el material que se utiliza para recolectar la naranja. Ahora la prioridad es rescatar el máximo número de estos moluscos para que este área no sea invadida y no afecte tanto a la flora como a la fauna autóctona.

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