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a. talavera
Martes, 22 de junio 2021, 23:57
La temporada de baño comienza y lo hace también en las zonas de interior. Los puntos más conocidos en la Ribera, como son el azud ... de Antella y el paraje de l'Esgoletja de Sumacàrcer, vuelven a permitir el acceso a vecinos y visitantes después de que el verano pasado se cerrarán para evitar aglomeraciones y posibles contagios.
Sin embargo, la vuelta a estos espacios naturales se realiza con restricciones, y no sólo las propias de Sanidad. En el caso del azud de Antella, el Ayuntamiento ha decidido permitir el baño pero no la realización de picnics para evitar que la gente pase allí todo el día y se produzcan masificaciones. «Están indicadas con cartelería las zonas donde se puede acceder y además se ha reforzado la vigilancia de la policía, del Seprona y agentes de la Guardia Civil», explica el alcalde en funciones, Josep Antoni Juan.
Esta apertura se realiza con mucha precaución porque no quieren que este punto se convierta en un lugar de riesgo. «Tenemos claro que si el fin de semana la gran afluencia no es controlable se cerrará durante esos días«, añade el alcalde. Y es que tanto en el azud de Antella como en l'Esgoletja los problemas llegan los sábados y domingos con la llegada masiva de gente de otras localidades.
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Por ello, Sumacàrcer ha realizado un esfuerzo económico para incorporar a tres vigilantes en su paraje natural que tendrán la función de vigilar que se cumplan las medidas de seguridad y avisar en caso de que esta zona de baño junto al río Júcar empieza a albergar a más gente de la permitida. «Se cerrará el acceso en caso de que haya una masificación«, comenta el alcalde de Sumacàrcer, David Pons.
El primer edil reconoce que esto es todo lo que pueden hacer ya que el río «no es nuestro» pero ya hace dos años se decidió controlar el acceso de vehículos para permitir el paso de vehículos de emergencias y para evitar aglomeraciones que ahora todavía son más peligrosas debido al Covid-19.
En estos momentos el consistorio se encuentra en la fase de contratación de los tres vigilantes, que esperan sean del municipio para así repercutir la inversión en reducir el desempleo.
Ambos municipios de la Ribera solicitaron ayuda a la Delegación del Gobierno y a la Generalitat para que les ayudaran en las tareas de vigilancia de sus parajes los fines de semana de verano ya que son muchas las personas que llegan a estos pueblos pequeños con poca capacidad.
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