La fuga de apicultores fuera de la Comunitat se dispara por las trabas a las colmenas

Uno de los principales problemas es el de la conocida como 'pinyolà', la polinización cruzada entre plantaciones de cítricos. Esto impide que se coloquen colmenas cerca de los campos de naranjas, reduciendo la producción de polen de azahar, uno de los mejores valorados. Además, esta restricción complica el trabajo de este sector ya que la mayoría de hectáreas del territorio valenciano están copadas por estos cultivos.

En el anteproyecto de ley de medidas fiscales, que está en tramitación, se contempla esta práctica como infracción grave llegando las sanciones a 60.000 euros. Esto significa que si se colocan colmenas en estos campos o en los lindes, los propietarios se enfrentan a cuantiosas multas e incluso a la retirada de las mismas. Pese a las reuniones con los responsables de Agricultura y las protestas no se consiguen mejoras para el sector.

Estas limitaciones provocan que en los últimos años hayan tenido que duplicar sus estancias de trabajo en otras comunidades autónomas para conseguir beneficios. "Estamos casi todo el año fuera porque aquí nos ponen muchos problemas, incluso ya tenemos almacenes para trabajar", explica Pascual del Valle, responsable de AVA-Asaja que ahora se encuentra en Huelva.

Andalucía es el principal destino de los criadores de abejas que pasan unos nueve meses al año en otros territorios cuando hace un tiempo estos periodos no superaban los cinco meses.

La trashumancia es una práctica habitual de este sector que va buscando la floración de cada zona para colocar sus colmenas e ir consiguiendo diferentes tipos de polen. Sin embargo, ahora es la única salida que ven los apicultores valencianos para no dejar su trabajo y por ello recorren cientos de kilómetros para conseguir el mejor producto que no pueden obtener en sus tierras.

"Al no dejarnos ponerlas en los campos de naranjos, nos queda la zona de monte pero el polen no es de suficiente calidad", destaca Del Valle. De ahí que busquen otros terrenos más rentables para que las abejas polinicen y así seguir viviendo de este sector tradicional y necesario para el medio ambiente.

Los apicultores no descartan convocar nuevas protestas ya que no se consigue ningún acuerdo con la administración autonómica que "nos culpa de todo", aseguran los afectados. El sector se encuentra unido y reclama reuniones con Agricultura para conseguir ayudas que mejoren la producción y comercialización de la miel. Mientras las soluciones no llegan, los apicultores continúan recorriendo cientos de kilómetros para trabajar.