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Estado actual de la discoteca Chocolate, en una imagen reciente. JESÚS SIGNES

Discoteca Chocolate: la última superviviente de la Ruta del Bakalao

Viaje por la Ruta Destroy: capítulo 2 ·

Tras varias gerencias, el local de Sueca sigue vivo y ultima su enésima reapertura

Álex Serrano

Valencia

Viernes, 19 de noviembre 2021

Quienes disfrutaron en Chocolate recuerdan el largo pasillo hasta la sala, la forma exterior, que se asemejaba a una tarta, y el aparcamiento. Sobre todo el aparcamiento. La discoteca situada en Les Palmeres, ubicada en un antiguo secadero de arroz, abrirá de nuevo sus puertas y sus nuevos gestores pretenden que la última superviviente de la Ruta Destroy suponga un 'chute' de recuerdos para toda una generación que recuerda que cuando eran jóvenes no había que decir sábado, sino Chocolate.

En 1980, una construcción agrícola abandonada en medio de la huerta se reconvirtió en una discoteca especial. Con forma de tarta y bajo el nombre de Chocolate, la sala pronto se convirtió en uno de los centros de ocio más importantes de Valencia y 'contornà', sobre todo por determinadas innovaciones que la llevaron a lo más alto: entre ellas destaca la apertura más allá de las 7 horas.

Situada entre campos de arroz, la falta de una legislación contundente sobre licencias y horarios permitió que Chocolate estirara la noche hasta más allá del amanecer. De hecho, se paraba una media hora allá las 6 y se volvía a abrir en torno a las 7 o un poco antes. La fiesta no terminaba nunca. Por la cabina de la discoteca pasaron muchos DJ, pero quizá el más importante de ellos fue José Conca.

«Lo que hacía especial a Chocolate era la música», explica Conca, que fue DJ residente de la sala entre 1985 y 2001, probablemente la residencia más longeva de la Comunitat. «Lo que poníamos era diferente a todo lo que había. Era tanto 'underground' como asequible a todo el mundo», comenta el DJ, que había estado pinchando en un after llamado Lupin hasta que desde Chocolate acudieron a por él, como señala. «Chocolate no iba muy bien y tardó en despegar, pero desde mi llegada y la de Vicente Pizcueta empezó a mejorar», asegura Conca.

Imagen principal - Discoteca Chocolate: Ruta del Bakalao en Valencia | Chocolate: la última superviviente
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Él ayudó a dibujar una discoteca «para gente joven y cañera». «Era la cantera de Valencia. Era gente muy joven», explica Conca. «Siempre venía gente de toda Europa», dice, y la fiesta se construía sobre ritmos nuevos que, pese a ser poco conocidos, terminaban por asentarse en la población de la zona y crearon un sonido especial que aún perdura a día de hoy.

Habla Vicente Pizcueta, que ya ha aparecido en estas líneas. En los 80, era un joven estudiante de Filosofía que empezó como relaciones públicas de Chocolate y terminó como director de la sala entre 1986 y 1988. «En el momento en que Chocolate empieza a trabajar una música especial, distinta a la de Barraca, que era un tecno blanco, música española..., es cuando aquello pega el subidón», explica. «A la hora de apostar por distintas tribus urbanas chocolate apuesta más por música gótica, siniestra... una apuesta por la vanguardia y la modernidad», asegura.

Chocolate también empezó a ofrecer conciertos en directo. «Yo llegué tras Vicente Lluch, que fue un hombre importante, que venía de Planta Baja, que era uno de los locales más importantes de música en directo», relata Pizcueta, que recuerda que en Chocolate la cartelería también juega un papel capital. El logo era obra de Edu Marín.

La sala languideció cuando quienes acudían decidieron quedarse en casa, asustados por los reportajes de la Dirección General de Tráfico y la presión policial en la CV-500. El consumo de alcohol y drogas, consustancial a toda la fiesta pero más elevado en la Ruta, se cobró no pocas vidas en la carretera de El Saler y pronto resultó arriesgado recorrerla casi hasta Sueca para ir a Chocolate. La discoteca cerró definitivamente sus puertas en 2004, aunque desde entonces la marca se ha mantenido viva con distintos eventos incluso en salas como Spook, que también permanece abierta.

Ahora, sus nuevos propietarios quieren volver a abrirla. En una publicación a comienzos de mes en sus redes sociales, explicaban que aún no tenían fecha de apertura. «Después de estar cerrada ocho años está necesitando mucho cariño, sudor y un gran esfuerzo tanto físico como económico para poder resurgir de sus cenizas», explicaban los nuevos gestores, que pedían paciencia. «Vamos a volver a hacer historia y la vamos a liar como nunca antes», decían. La sala abre ahora los viernes por la noche para una sesión especial para unos pocos elegidos.

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Imagen secundaria 2 - Discoteca Chocolate: Ruta del Bakalao en Valencia | Chocolate: la última superviviente

Así las cosas, todo parece indicar que la Ruta aún no ha muerto. Volverá la música a una de las salas más míticas de la zona, donde la fiesta no se terminaba casi nunca. Los ritmos atronarán de nuevo y la tarta, una vez más, supondrá el colofón a una marcha casi interminable.

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