Cullera celebra un año del fin del peor punto negro de la carretera

Se cumple un año de la puesta en funcionamiento de la A-38 entre Cullera y Favara. Un año en el que la nueva autovía no ha registrado ningún accidente de gravedad. Un aspecto muy importante ya que esta carretera buscaba acabar con uno de los puntos negros más mortales de toda la red española.

Este punto es el tramo de la N-332, entre ambas localidades de la Ribera Baixa, que ha abandonado este terrible ránking ya que en 2020 (periodo hasta el que hay registros actualmente) sólo sufrió un accidente de consideración. Aunque es una cifra que hay que valorar con cautela, ya que el año pasado el volumen de tráfico se redujo drásticamente por el confinamiento, en los seis años anteriores esta nacional había registrado 65 accidentes graves, con 25 víctimas mortales.

"Era una inversión muy necesaria y uno de nuestros grandes objetivos, porque no podía seguir muriendo gente. Se puso fin al punto negro de la carretera más mortal de todo el Estado, así que nos sentimos muy satisfechos y sin duda, estamos más tranquilos", asegura el alcalde de Cullera, Jordi Mayor.

Cabe recordar que esta autovía es una de las mayores inversiones en materia de carreteras de los últimos años en la Comunitat, 140 millones, pero durante años estuvo paralizada pese a la necesidad de actuar para frenar los accidentes.

La A-38 también sirvió para descongestionar la entrada norte a Cullera, ya que hasta el momento era la única entrada posible al municipio desde la autovía. "Nos ha permitido ser la segunda ciudad de relevancia turística de la provincia ya que dispone de dos accesos directos, tanto por el norte como por el sur, a través de la autovía gratuita", subraya Mayor como un antes y un después para la ciudad.

En los últimos cuatro meses de 2020 más de 76.000 vehículos usaron esta vía y unos 5.500 eran camiones que evitaron su paso por Favara.

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