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A. Talavera
Jueves, 15 de diciembre 2022, 13:08
Los vecinos de Guadassuar contemplan los laboriosos trabajos de los operarios para retirar cada uno de los pinos de la Gran Vía. Durante estos días la tala de estos árboles es el tema principal en el pueblo. Y es que la arteria principal de Guadassuar está cambiando de forma radical su fisonomía al retirar estos grandes ejemplares que alcanzan los quince metros de altura.
"Recuerdo cuándo los plantaron, eran pequeños y se estaban construyendo todas las casas. Mira ahora cómo están", explica Milagros alzando la vista para abarcar la inmensidad de los pinos.
Una grúa de grandes dimensiones es necesaria para retirar las ramas más grandes que van siendo trituradas. Después el tronco, que pesa varias toneladas, se corta en trozos para poder transportarlo. Unos trabajos que durarán hasta finales de año para así acabar con el centenar de pinos que tiene esta avenida.
El Ayuntamiento de Guadassuar ha tomado esta decisión para evitar riesgos tanto para los vecinos como para los inmuebles de la Gran Vía ya que las dimensiones de estos árboles, a los que no se ha realizado mantenimiento durante décadas por ser una especie silvestre, ha provocado que haya un grave peligro de caída.
Así lo señala el informe técnico que apunta que unos 25 son extremadamente peligrosos y pueden causar daños tanto a las personas como a los bienes muebles e inmuebles de la zona. "La única solución técnica viable y con garantías es la tala del arbolado", señala el dictamen técnico.
Ante esta situación el equipo de gobierno ha decidido retirar todos los pinos. "Se sujetan unos en otros y es un riesgo dejarlos porque las copas tienen más de cinco metros de amplitud y cuando llueve o hace aire pueden desplomarse o caer ramas", explica la alcaldesa de Guadassuar, Rola Almela, que asegura que esta decisión ha sido "traumática" pero necesaria.
En los últimos años han tenido que actuar los bomberos al menos siete veces por caídas de ramas y otros accidentes derivados de los pinos. "A nadie nos gusta tener que cortar árboles porque hemos crecido con ellos pero si es necesario, hay que hacerlo", añade el concejal de Agricultura, Salvador Montañana.
Y es que todos los vecinos de Guadassuar han conocido esta calle con los pinos que ahora se están convirtiendo en astillas y su eliminación supone un cambio que para algunos es desacertado. Una decena de vecinos se ha manifestado en contra de la tala y han colgado carteles solicitando soluciones alternativas.
Sin embargo, la mayoría de residentes tanto de esta calle como del resto del pueblo se muestra favorable a la retirada de los pinos ya que consideran que estaban generando demasiadas molestias. Al riesgo de desplome de árboles o ramas que ya se han producido causando daños en las viviendas, se suman otros problemas cotidianos.
"Ya era hora, la calle está llena de pinocha y las alcantarillas también", comentan dos hombre mientras observan los trabajos de los operarios.
"Antes los tenían que haber quitado. Por las raíces está todo el pavimento levantado y las personas mayores no podemos pasear por el centro porque nos tropezamos", añade Milagros. Una opinión compartida por otras vecinas que recuerdan los accidentes que han habido por esta causa o que incluso las raíces aparecen por dentro de las viviendas.
Ya en 2010 el anterior equipo de gobierno aprobó talar los pinos ante el riesgo de caídas sin embargo no se ejecutó. Ahora se está llevando a cabo el corte los pinos que estará completado en los 900 metros de la Gran Vía antes de final de año. "Hace diez años habían unos 200 pinos ahora ya quedaban poco más de cien, porque se han hecho viejos y se han ido retirando", recuerda Montañana.
El adiós de los pinos supondrá en un futuro, cuando el presupuesto lo permita, remodelar esta avenida para adaptarla y retirar el pavimento dañado. En este sentido, ya se realizó una consulta ciudadana y la gran mayoría de participantes se mostraron favorables a esta modificación que incluía la sustitución de los pinos, sólo 37 votaron porque se quedara la Gran Vía como hasta ahora.
"Empresas especializadas nos han dicho que el pino es una variedad con una grandes raíces y su estabilidad es floja, sobre todo, bajo de la calzada por la humedad. Nos han aconsejado plantar dos variedades para que también quede mejor estéticamente, una caduca y otra perenne. El 'lledoner', autóctono valenciano que rebrota y también cedros atlánticos (perennes) que recuerda un poco al pino pero con raíces pivotantes", comenta el edil que apunta que ya se han colocado más de cien ejemplares y en los próximos meses se añadirán otro centenar más.
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