A. Talavera
Lunes, 16 de mayo 2022, 12:15
La comarca de la Ribera es una de las principales productoras agrícolas de la Comunitat Valenciana. Tradicionalmente sus terrenos han estado cubiertos de naranjos pero en las últimas décadas los agricultores han optado por diversificar los cultivos, ante la crisis de los cítricos, y son miles las hectáreas que ahora se dedican a diferentes frutas de hueso.
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Pero esta campaña puede suponer el fin para muchos de estos cultivos ya que las pérdidas debido al mal tiempo que se ha alargado mucho más de lo habitual están provocando que los agricultores se planteen dejar estas producciones.
"Esta campaña ha sido la puntilla. Los cultivos de fruta del año que viene se reducirán a la mitad ante esta situación", ha lamentado el responsable sectorial de fruta de hueso de AVA-Asaja, José Luis Sanz.
Una reducción importante para toda la Comunitat ya que los cultivos de este tipo de fruta de la Ribera suponen casi el 50% de toda la producción valenciana.
Las intensas lluvias de marzo y abril han provocado daños en prácticamente todas las variedades de fruta ya que a cada una le ha afectado en un momento diferente de su crecimiento. No sólo el exceso de agua en los campos ha sido perjudicial también la falta de luz y calor, con muchas semanas seguidas con cielos cubiertos, que ha causado que las frutan no vegeten como deberían.
"La merma de las cosechas es muy grande y la fruta que queda no tiene calibre de mercado y se acaba tirando", ha explicado el responsable agrario.
Una situación que afecta a melocotones rojos y nectarinas que no han engordado lo suficiente y en algunos casos también se han agrietado por las lluvias.
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Más del 70% de la producción de albaricoques se ha quedado sin cuajar, en las ciruelas se está cayendo la segunda floración y los nísperos no llegan al calibre y están afectados por unos insectos así que gran parte tampoco se puede comercializar.
"Es la peor campaña en 25 años, no se salva ningún cultivo", ha añadido José Luis Sanz. Unas malas perspectivas que ya se están notando en los mercados cuando los productores van a vender sus frutas. Ante el mal tamaño de las variedades, los precios están siendo todavía más bajos de los habituales.
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"No me vale la pena recolectarla porque lo que pagan es una miseria pero es el trabajo de un año perdido", ha comentado Julio, otro agricultor de la Ribera que muestra como sus melocotones se han quedado a la mitad de tamaño que en otros años.
Unas pérdidas que no cubren los seguros agrarios al ser causados por la climatología por lo que los productores se quedan sin ingresos, un golpe más a un sector que no levanta cabeza desde hace años.
Y las lluvias de la primavera no sólo están generando problemas a los cultivos más próximos también tendrán su repercusión en otros de otoño como es el caqui, una fruta muy arraigada en la Ribera y que también pasa por un momento muy delicado. Se espera que se pierda una gran parte de la producción que cada vez es menor por los daños que están causando las plagas.
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Los agricultores ven el futuro muy oscuro porque ya son demasiadas campañas remando contracorriente. "Ésta es una de las zonas con mayores costes y es difícil de competir en el mercado internacional", ha recordado el responsable de AVA-Asaja que tienen que luchar con fruta que llega de fuera de Europa con condiciones más favorables.
Mientras el campo de la Ribera se ahoga, los precios para el consumidor están disparados y la fruta está llegando a unos máximos históricos.
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