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A. Talavera
Jueves, 1 de diciembre 2022, 13:54
La Comunitat Valenciana ya suma doce Patrimonios Inmateriales de la Humanidad. En este año han sido dos tradiciones poco conocidas las que se han añadido al catálogo de la Unesco. El pasado miércoles llegó la alegría para los Campaners de Albaida que con su toque manual entraban en este prestigioso listado. Sólo un día después, la organización internacional anunciaba que la 'maerà' que se celebra en Antella y Cofrentes también merecía este reconocimiento por su labor a favor de mantener las tradiciones vivas.
Tanto Cofrentes como Antella realizan de forma anual una bajada de troncos por el río donde se recrea el trabajo de los gancheros de hace más de mil años. Un trabajo ahora convertido en una fiesta con gran participación. En el caso del municipio de la Ribera Alta la maderada se recuperó hace una década por parte de la Associació Cultural Maeros del Xúquer se ha esforzado en mantener esta técnica y difundirla como parte de la cultura.
La candidatura de esta fiesta a ser de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco se ha presentado bajo el nombre International Timber Rafstmen Association (Associació Internacional de Raiers i Ganxers) ya que aúna las tradiciones de varios países de Europa como España, Alemania, Letonia, República Checa, Austria y Polonia donde se siguen realizando bajadas de troncos, ahora de forma festiva, para recrear un trabajo que fue clave durante muchas décadas.
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En España son varios los puntos de la geografía donde los gancheros muestran sus habilidades. Fuera de la Comunitat Valenciana, forman parte de esta candidatura representantes de Cataluña, Aragón, Navarra y Castilla la Mancha.
La Unesco ya ha incluido este transporte en su catálogo y destaca su origen medieval, cuando se utilizaban balsas para transportar madera, mercancías y personas utilizando las corrientes naturales de agua.
«La tradición se ha cultivado durante generaciones y sigue siendo fuerte gracias a la continua comunicación oral, la observación y la participación, incluso a través de campamentos juveniles, escuelas locales, festivales y talleres», detalla la entidad internacional sobre las maderadas.
El proceso de construcción de las balsas sigue siendo el mismo que antaño e incluye la selección de la madera, su transporte al río y la conexión de los troncos para formar las balsas. En el caso de Antella, durante la celebración de este evento anual se transportan hasta 30 toneladas de troncos por lo que se necesita gran pericia por parte de los gancheros.
«Esta manera regular y animada de compartir experiencias enriquece el patrimonio y favorece los valores comunes y los intercambios culturales que trascienden fronteras», concluye la Unesco sobre esta fiesta.
En Cofrentes, su maderada es el acto principal de las fiestas de mayo y los participantes bajan por el río Cabriel ataviados de los trajes regionales.
En Antella fue hace tan sólo una década cuando se recuperó este acontecimiento que se celebra a finales de julio. Los gancheros recorren siete kilómetros desde Sumacàrcer.
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