La Mancomunitat de la Ribera Baixa confía en su continuidad si no hay más bajas

La Mancomunitat de la Ribera Baixa pasa por un momento delicado ante las diferencias que existen dentro de los diferentes partidos políticos que conforman esta entidad. El anuncio de la salida de Almussafes ha puesto de manifiesto los problemas que existen dentro de la mancomunidad. Sin embargo, desde la junta de gobierno se muestran confiados y aseguran que la entidad comarcal no corre riesgo y continuará ofreciendo los mismos servicios.

Y es que la aportación del Ayuntamiento de Almussafes servía para costear los gastos de los servicios a los que estaba acogido, según explican. Unos servicios que se habían reducido ya que el consistorio llevaba tiempo planteándose abandonar la mancomunidad.

Desde la entidad comarcal apuntan, además, que en los últimos años el Ayuntamiento de Almussafes estaba "bloqueando" el funcionamiento del ente al retrasarse en los pagos. Unas cuotas que ahora ya están al día ya que se trata de un requisito para poder solicitar abandonar la mancomunidad.

Aunque esta salida no alterará el funcionamiento, existe cierto temor a que otras ciudades puedan sumarse y esto sí que sería un serio problema para la continuidad de la Mancomunitat que presta servicios esenciales para los municipios más pequeños. Es el caso de Sueca con el que se ha tratado algunas medidas como instaurar una presidencia rotativa para dar más poder al pleno y así disipar las tensiones entre las formaciones políticas. Una medida que todavía no se ha concretado pero desde la Mancomunitat creen que Sueca se mantendrá dentro de la entidad.

A todos estos problemas se suma los procedimientos judiciales pendientes. Uno de ellos es el que dirimirá el conflicto por la deuda histórica que arrastra el Ayuntamiento de Cullera. Este procedimiento está pendiente de sentencia y podría marcar el futuro de la mancomunidad.

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