a. talavera
Miércoles, 8 de diciembre 2021, 17:41
Dos años y tres meses después, la plaza Major de Algemesí se volvió a llenar de música de dolçaina y tabal, de las danzas tradicionales y de los castillos humanos. Pero sobre todo el centro de esta ciudad de la Ribera Alta rebosó devoción e ilusión al poder revivir de forma íntegra la procesión de las fiestas de la Mare de Déu de la Salut declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco desde hace diez años.
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Precisamente Algemesí celebró ayer este cita histórica que tuvo lugar en noviembre de 2011 y que sirvió para situar en el mapa internacional estas fiestas ancestrales tan queridas en la ciudad.
A lo largo de los siglos, los algemesinenses han consolidado la celebración de tres procesiones que se llevan a cabo los días 7 y 8 de septiembre coincidiendo con las fiestas de su patrona, la Mare de Déu de la Salut, y que incorporan a lo largo de quince horas de procesiones toda una serie de representaciones y bailes que recorren las calles de la ciudad.
Las muixerangues son las más conocidas, sin embargo, también están las representaciones de los Misteris i Martiris, los bailes de Bastonets, les Pastoretes, la Carxofa, els Arquets, les Llauradores, els Tornejants y Personatges Bíblics, y los Volants, grupo encargado de acompañar el anda de la Mare de Déu de la Salut.
En esta ocasión especial la procesión comenzó en el Convent de Sant Vicent para seguir por las calles Fusters y Muntanya. Los bailes, como marca la tradición, esperaron en la plaza Major la llegada de la imagen de la patrona para danzar todos juntos y con las muixerangas tocando el cielo ante la entrada de la Basílica de Sant Jaume. Una plaza menos abarrotada que en otras ocasiones ya que se ha controlado el acceso para evitar aglomeraciones.
Esta imagen era la más esperada desde hace dos años cuando el Covid provocó la suspensión de las fiestas y este pasado septiembre sólo se pudieron realizar de forma adaptada. Así que poder disfrutar de la tradición más internacional de Algemesí provocó la emoción tanto en asistentes como en algunos de los participantes de esta procesión.
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Cabe recordar que esta fiesta participan alrededor de dos mil personas en cada una de las procesiones que se preparan durante todo el año. También es una parte importante de la conmemoración la música, tanto del tabalet y la dolçaina, como la de los instrumentos de viento de Llauradores o del tambor que marca el ritmo de las danzas. La Societat Musical de Algemesí cerró la procesión.
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