Ríos al límite y cañas en las playas en la Ribera

Los vecinos de la Ribera vuelven a estar pendientes de lo cauces. La persistente lluvia que baña la Comunitat Valenciana desde hace una semana ha comenzado a notarse en la jornada de este martes en los principales ríos de la comarca.

Esta madrugada el nivel de ríos como el Magro y el Júcar ha subido de forma importante a causa de la gran cantidad de litros que se han recogido en zonas del interior. Y es que por el momento, en la Ribera la lluvia está siendo beneficiosa y no se han producido daños importantes.

Sin embargo, la crecida del Magro a su paso por Algemesí, donde habitualmente circula casi seco, ha alertado a los vecinos. A las seis de la mañana se ha registrado el nivel máximo, llegando al límite de los puentes pero poco tiempo después ha comenzado a descender sin llegar a desbordarse.

También presenta una imagen más propia del otoño el río Júcar a su paso por Alzira. Aunque no hay riesgo de desbordamiento por las previsiones favorables de este martes, las autoridades están muy pendientes.

También se está notando el temporal en Cullera. Si durante los últimos días las playas se estaban resintiendo por la pérdida de arena debido al fuerte oleaje, este martes los arenales del sur han aparecido cubiertos de cañas y basura arrastrada por el Júcar.

Una situación lamentable que ha denunciado el alcalde de Cullera Jordi Mayor: «una vez más estamos viendo como el Júcar arrastra todo tipo de suciedad y de cañas procedentes tanto del río como de sus afluentes ante la pasividad de la Confederación Hidrográfica del Júcar que hace dejadez de sus funciones por no mantener los lechos de este río y de los afluentes en perfectas condiciones para que cuando vengan episodios de lluvias, no ocurra lo que está ocurriendo».

Según el primer edil «ya tenemos la playa del Marenyet inundada de cañas y de suciedad y creo que es un hecho lamentable que el pueblo de Cullera tiene que denunciar una y otra vez porque es una suciedad que Cullera no genera y que se nos obliga a limpiar para poder tener las playas en perfectas condiciones para la campaña turística».

Precisamente el pasado 11 de febrero el alcalde de Cullera exigió en las Cortes Valencianas que las playas del municipio dejaran de ser el vertedero del Júcar y por eso reivindicó de nuevo una solución viable y duradera para los efectos que los temporales causen en sus playas.

Mayor cifró en más de un millón de euros los costes que han supuesto para las arcas municipales la reparación de los daños causados por las sucesivas DANAS que a lo largo de los seis últimos años han azotado en el territorio valenciano.

«Los barrancos, afluentes o cuencas, el mantenimiento de las cuales no haya sido debidamente previsto, acabarán en nuestras playas en un inmenso vertedero de residuos de toda clase, la gestión de los cuales sufraga el único municipio y Administración que no los habrá generado: Cullera», denunció Mayor en el parlamento valenciano.

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