La siega del arroz se retrasa un año más pero se espera una buena producción

Los cultivos de arroz que cubren una buena parte de la provincia de Valencia se encuentran en este momento en su periodo de maduración dotando al paisaje de su color verde característico. Y es que no será hasta finales de septiembre cuando comience la siega ya que un año más se ha retrasado la plantación y por tanto todas las fases de este cereal.

Las lluvias intensas de la primavera pasada han provocado que los agricultores anuncien que la recolecta de las variedades tempranas como el bomba se inicie sobre el 20 de septiembre mientras que las tardías, principalmente, J. Sendra no se recogerán hasta el 10 de octubre.

Pese a este retraso en el calendario, que en los últimos años ya se está haciendo habitual al tener primaveras muy húmedas, el sector espera que la producción sea buena aunque habrá que esperar a que la meteorología en las próximas semanas no sea muy adversa.

"Hay buena espiga y eso significa una buena calidad del arroz. Además, también parece que vayamos a tener bastantes kilos", ha comentado José Pascual Fortea, representante de la sectorial del arroz de AVA-Asaja.

Una previsión que puede cambiar dependiendo de las posibles lluvias y de las horas de sol que reciba en estos momentos de crecimiento el cereal.

La primavera lluviosa además de retrasar la cosecha ha provocado la proliferación de malas hierbas en algunos terrenos. Una maleza que se tiene que eliminar prácticamente de forma manual al no contar los agricultores con materias activas permitidas para este fin.

"Cada vez es más complicado trabajar. Tenemos que arrancarlas de forma manual y esto supone un sobrecoste", ha añadido Fortea.

Este año será el primero en el que la quema del arroz estará prohibida, tras finalizar el plan transitorio de la Conselleria de Agricultura. Ahora se condiciona el uso del fuego únicamente a la existencia de aguas negras u otras disfunciones orgánicas adecuadamente justificadas. Por este motivo, será la administración autonómica la que se encargue de recoger la mayor parte de estos restos que se utilizarán para conseguir combustible. Una pequeña parte será gestionada por los agricultores que se encargarán picarla y escamparla.

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