Sumacàrcer y Antella volverán a contratar seguridad privada para sus zonas de baño ante la falta de efectivos de la Guardia Civil

Este verano será el de la vuelta a la normalidad y los municipios de interior con zonas de baño ya empiezan a prepararse para la avalancha de visitantes que se esperan. Sumacàrcer y Antella son dos de las localidades preferidas de la Ribera para pasar los días calurosos junto al río y por ello sufren masificaciones que durante estos dos últimos años se han podido controlar con los aforos derivados de la crisis sanitaria.

Sin embargo, este año se espera la llegada de más gente y seguirán teniendo el mismo problema de falta de recursos para gestionar el control de accesos ya que no reciben ayuda de otras administraciones.

"Vamos a continuar contratando seguridad privada que permite, sobre todo, el control de vehículos, y facilitar el acceso de los servicios de emergencias si hay alguna incidencia", ha comentado el alcalde de Sumacàcer, David Pons. El año pasado fue el primero que esta localidad contrataba a personal para mejorar la vigilancia en la zona de l'Esgoletja y así evitar aglomeraciones, problemas de aparcamiento y conseguir que esta zona natural no sufra daños.

Antella, en el paraje del azud, también dispondrá de este servicio privado a que financian los consistorios ante la falta de efectivos de la Guardia Civil que controlen estos puntos que son un hervidero los fines de semana de verano.

"Que venga la Guardia Civil de lunes a jueves no nos soluciona nada", ha declarado el primer edil de Sumacàrcer. Y es que ambos representantes municipales han mantenido en años anteriores reuniones con la Delegación del Gobierno para solicitar una mayor presencia policial durante sábados y domingos ante la llegada de autobuses y cientos de vehículos que proceden de toda la provincia.

Los dos municipios son pequeños y cuentan con una plantilla de Policía Local reducida por lo que no pueden hacer frente a la multiplicación de su población durante algunos días de verano. Sumacàrcer ha anunciado que esta próxima campaña estival duplicará el número de agentes , "otra carga económica más para nosotros", ha recordado Pons.

Los Ayuntamientos tienen que mantener estos parajes que sufren daños y la acumulación de basura ante la presencia de un volumen elevado de visitantes y no disponen de ayudas externas. Los ediles de Sumacàrcer y Antella ya han comenzado las reuniones para coordinarse en la gestión de estas zonas de baño y valorar cómo afrontan una nueva campaña que se espera sea de la vuelta a la normalidad.

Las dos poblaciones han iniciado los trámites para que el azud de Antella y la isla de l'Esgoletja, respectivamente, sean declaradas paraje natural protegido y poder contar con más recursos para conservar estas áreas fluviales de gran valor. Ambas apuestan por permitir el acceso a los visitantes pero de una forma sostenible para no dañar la naturaleza y contando con el apoyo de otras administraciones para evitar la problemática que se repite cada verano.

Estos puntos de baño de interior son de acceso libre y no tienen servicio de socorrismo. A menudo se producen ahogamientos y accidentes, muchas veces, derivados de actitudes negligentes por parte de los bañistas que no conocen las corrientes del agua. El año pasado falleció un joven en l'Esgoletja durante una jornada de agosto a causa de un corte de digestión. También en el azud de Antella se han producido víctimas mortales en años anteriores.

Cabe recordar que durante los veranos de 2020 y 2021 las prohibiciones de acceso o el control de aforo tanto en la isla de l'Esgoletja y en el azud para evitar aglomeraciones produjo que los turistas buscasen otros puntos del cauce del río Júcar no habilitados provocando problemas en la circulación por la acumulación de vehículos.

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