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Ó. DE LA DUEÑA
Martes, 22 de julio 2014, 00:01
Un incendio calcinó este domingo cuatro hectáreas de la ribera del río Serpis, entre los términos de Almoines, Real y Gandia. El fuego acabó con gran parte de las cañas que poblan los márgenes del cauce, pero también arrasó con muchos arbustos y algunos árboles propios de esta zona, como olivos o higueras.
Las llamas se iniciaron sobre las 20 horas, en una parcela que separa las poblaciones de Gandia y Real. Estas localidades están delimitadas por un camino paralelo a la carretera N-332 y que acaba en unos terrenos junto al cauce del río Serpis.
Fue en esta superficie donde se originó el fuego, tal y como relató la alcaldesa de Real de Gandia, Vanessa Martínez, quien añadió que por el momento se desconocen las causas del incidente. El viento hizo que las llamas se propagaran con facilidad, cruzaran el cauce del río y alcanzaran los términos de Almoines y Gandia.
La rapidez con que se quemaban las cañas y los arbustos generó una gran humareda. Las llamas fueron ganando terreno a los dos lados de la ribera, como destacó Martínez. El fuego pasó por debajo del puente de la N-332 y por el viejo viaducto de hierro que une la zona de Martorell con el cementerio.
Las llamas calcinaron todo lo que encontraban a su paso, pero no causaron daños en viviendas, aunque hubo un momento en que los vecinos de la zona de Sant Enric, donde está ubicado el retén de la Policía Local de Gandia, temieron por sus hogares.
Afortunadamente, la rápida actuación de los bomberos, de las brigradas forestales y de un helicóptero de Emergencias permitió acotar el perímetro del fuego e impedir que se propagara aún más. Sobre las 22 horas, las llamas estaban controladas, pero no se logró erradicar hasta pasada la medianoche.
Tanto en Almoines, como en Gandia y Real, los agentes de Policía Local estuvieron muy atentos a las llamas, para evitar que afectaran a sus cascos urbanos. En el caso de Gandia, los agentes cortaron la circulación en la ronda del Raval y en el camino del cementerio, mientras que agentes de la Guardia Civil impidieron la circulación por la N-332 desde la rotonda de Bellreguard hacia Valencia.
Precisamente, algunos vecinos del barrio de Sant Enric afirmaron ayer que estuvieron tranquilos en todo momento, porque vieron una rápida actuación de los servicios de emergencia, pero reclamaron que se preste más atención al cauce del Serpis y se retire toda la broza así como las cañas viejas, «que arden con facilidad». A esto respondieron desde el gobierno de Gandia. El edil Víctor Soler dijo que el Consistorio ha destinado «recursos y dinero» a mejorar el cauce en algunos tramos, pero que estos trabajos son competencia de la Confederación Hidrográfica del Júcar.
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