«Vomitan en la puerta de mi casa y ensucian las fachadas y el mobiliario con pintadas»

Los vecinos que residen en las viviendas de la plaza del Prado y, principalmente, los que viven arriba o al lado de un pub son los que más sufren el jaleo los fines de semana. Junto a esta explanada hay una calle que en los últimos meses se ha convertido en crítica debido a la gran cantidad de gente que se acumula en ella los sábados por la noche hasta bien entradas las 4.30 horas de la madrugada. Es la calle Vallier. Una de las afectadas manifestó ayer a este periódico que ha presentado numerosas instancias en el Ayuntamiento de Gandia, pero no ha obtenido «ningún tipo de respuesta».

«Llamamos constantemente a la Policía Local. Los agentes acuden, aparcan su vehículo, pero enseguida se marchan. No hemos visto nunca que identificaran a nadie bebiendo alcohol», señaló la vecina indignada.

El consumo en exceso conlleva en ocasiones a cometer actos vandálicos en esta misma zona. Esta residente ya no puede más: «Vomitan en la puerta de mi casa, hacen sus necesidades y ensucian las fachadas y el mobiliario urbano con pintadas. El otro día alguien arrancó la placa que está junto a la puerta de mi casa». Por no hablar de cómo se queda la calle cuando amanece: copas por los suelos, la acera pegajosa y mucha suciedad.

Los vecinos están muy hartos. Uno de ellos, que no podía pegar ojo, se dispuso a «regar las plantas» con un cubo mojando a un grupo de jóvenes que conversaba alegremente a las puertas del pub.

«Es escandaloso. Me parece bien que la gente se divierta, pero lo que no es normal es que los vecinos tengamos que aguantar los chillidos y la suciedad que generan. Y lo que es el colmo ya es que en el barrio, justo en la plaza de San José, hayan aparecido grafitis en el buzón, en la pared de una vivienda y en los contenedores. Me da la sensación de que desde el consistorio no se hace absolutamente nada», comentó ayer otros de los vecinos.

Los residentes consultados por este periódico confían en las medidas que ha anunciado el ejecutivo local y las aplauden. «A ver si es verdad que se intensifica el control y se multa a quien incumple los horarios de cierre. Pero esto lo tendrían que haber hecho antes, no a tres meses de elecciones», concluyen.