ó. de la dueña
Gandia
Miércoles, 7 de octubre 2020, 23:49
La anguila desaparecerá en cuestión de días del cauce bajo del Serpis. Los ejemplares que quedan de este vertebrado en algunas pozas no superarán las próximas dos semanas de vida si no hay un nuevo caudal.
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Esta situación llega una semana después de que el pantano de Beniarrés cerrara las compuertas y acabara con un año de corriente de agua, en el que han proliferado especies autóctonas como la anguila y se han reproducido otras como el barbo.
Ahora ambas especies están en peligro de extinción en el cauce bajo, entre el azud de Carròs y la desembocadura del río que nace en Alcoi. Es un tramo de 15 kilómetros, como explicó Virginia Garófano, doctora en Ciencias Ambientales y secretaria de la Plataforma per la Defensa del Serpis.
Esta entidad aglutina a investigadores, entre ellos docentes del Campus de Gandia de la UPV, administraciones y asociaciones como La Madrilla, de Potries. La situación, por tanto, para la anguila en el tramo bajo del Serpis es grave ante la falta de agua y oxígeno.
Esta especie está catalogada como de "peligro crítico" en todo el planeta y está incluida en el Libro Rojo de los Vertebrados, por su situación de alta vulnerabilidad, aseveró Garófano.
Las anguilas necesitan llegar a la desembocadura para poder iniciar su viaje de miles de kilómetros y reproducirse. Lo hacen en el Mar de los Sargazos, frente a la costa americana.
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Allí nacen nuevos ejemplares. Los alevines regresan a la costa valenciana, donde entran en los ríos y humedales, como el marjal de la Safor y la Albufera. Para revertir la situación en el cauce bajo del Serpis es necesario que el pantano reabra compuertas y asegure un "caudal mínimo".
"Lo han cerrado de golpe tras un año de vida constante en el río. Esto ha hecho mucho daño y ha generado la mortandad de miles de peces desde hace una semana en Gandia, Almoines y El Real", dijo Garófano. Los jabalíes que viven en el entorno bajan al cauce a comerse los peces.
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En estos momentos, la vida de las anguilas y de otras especies del Serpis, como el barbo, la 'gambeta' o la 'raboseta', sí está asegurada río arriba. "En el azud de Carròs, cerca de Villalonga, hay suficiente agua y allí se conservan ejemplares. Pero la pérdida de vida en los 15 kilómetros desde este punto al mar es irreparable", relató Garófano.
Durante este invierno ha habido un caudal constante. Las lluvias de septiembre de 2019 y la DANA 'Gloria', en enero, hicieron que Beniarrés estuviera al límite de capacidad y haya mantenido compuertas abiertas hasta el verano, algo que no se veía hace décadas.
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"No debían haberlas cerrado de golpe. Lo adecuado es que hace meses hubieran reducido la emisión para mantener un cauce mínimo que evitar la mortandad de peces que se está produciendo", concluyó la doctora en Ciencias Ambientales.
Estado del río Serpis en Beniarjó, donde hay sólo un palmo de agua.
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