El arte religioso con técnicas urbanas

El arte religioso cristiano como pocas veces se ha abordado, sin imágenes y echando mano de las técnicas más actuales. Creación desde la inspiración más urbana. Eso es lo que ofrece Eloy Antonio Climent Vicent en su primera exposición, donde muestra un total de 30 obras basadas en pasajes bíblicos y conceptos religiosos.

El joven combina técnicas tradicionales como el óleo o la pintura acrílica con métodos modernos, los que ha conocido durante su crecimiento: espray, rotuladores o cemento. Recursos propios de los movimientos creativos callejeros y urbanos y que él eleva de categoría para crear arte sacro que sirva para entender mejor la Fe cristiana, como han hecho los “grandes maestros” durante siglos.

El joven de 25 años muestra en la iglesia Sagrada de Familia del distrito de Corea en Gandia sus cuadros. “Son obras para dar una bofetada a lo tradicional. La muestra de que el arte religioso se puede abordar desde otras perspectivas”, ha precisado el licenciado en Bellas Artes.

La singularidad de sus obras es que en ellas no hay “santos o cruces”, sino composiciones “actuales” donde él interpreta cuestiones religiosas y abre la puerta a quienes visiten la exposición para que “interpreten” cada una de las composiciones.

La exposición se llama 'La sobremesa' y se puede ver durante toda esta semana. “Esta palabra sólo existe en español, no se utiliza en otros idiomas”, y sobre todo, “tienen un origen muy cristiano”. “La sobremesa es ese momento de compartir lo que tienes con tu familia, amigos o incluso desconocidos, de charlar, de hablar de las preocupaciones de la vida o de tus creencias”, ha precisado.

De hecho, en buena parte de sus obras están presentes los elementos de una mesa: “No se trata de bodegones, sino de los utensilios habituales que hay en una casa, en una mesa, todo relacionado con ese banquete que es la sobremesa”. Es más, para Eloy Antonio el cristianismo parte de una situación de sobremesa. “La última cena fue eso, un momento en el que Jesús quiere compartir su último tiempo con los suyos, con los apóstoles. Ese es el punto de partida del concepto que trabajo y el eje de la exposición”, ha relatado.

Las obras van todas en esa sintonía. Hay decenas de creaciones pequeñas, como la colección dedicada a las “Abuelas”. “Son quienes han sufrido la soledad en la pandemia, las que siempre nos esperan con un café o una merienda el fin de semana”. En la seria de nueve piezas, donde cada una lleva un nombre que se puede atribuir a una señora mayor se ven “tazas vacías, boca abajo, en definitiva solas y a la espera”, ha precisado.

En estas obras, como en el resto, el artista de Gandia inserta su firma: 'Lord'. Lo hace, en ocasiones en algún elemento de la obra, para pasar desapercibida, pero también lo hace con una tipografía urbana, parecida a las firmas que se ven en alguna pintada urbana.

Pero la exposición muestra varios grandes cuadros como 'Shemá'. “Está inspirada en el pasaje bíblico de las Tentaciones de Jesucristo en el desierto”, ha contado. Para ello ha creado una obra donde combina colores y formas de una forma muy precisa y elegante. En la obra hay muchos platos vacíos y algunos con elementos muy concretos que representan las tres tentaciones que sufrió Jesús durante su retiro para ayunar. En uno de ellos, por ejemplo, hay manzanas, como símbolo de la tentación en la tradición cristiana.

De la misma forma, aborda otros momentos conocidos como las Bodas de Caná o el encuentro de Jesús con la Samaritana en el pozo. Busca los recursos para crear este arte sin imágenes, mediante símbolos y con unos brillos y luces que sólo permite alcanzar la combinación de la tradición pictórica con los recursos del siglo XXI: espray o rotulador.

De hecho, su vínculo con el arte urbano es tal que llega a crear arte religioso en baldosas: “Este movimiento se caracteriza por adaptarse a todas las superficies”. En cuatro piezas de pequeñas dimensiones habla de San Pablo y de otros momentos clave de la historia bíblica.

Otra de sus peculiares obras es la representación de las Negaciones de San Pedro a Jesús. El conocido momento vivido entre el apóstol y Cristo se materializa en una obra sobre papel, mediante acrílico, rotulador y pan de oro. No se ve ni a Jesús ni al santo que fue perdonado tras su traición, sino un gallo con una aureola. Eloy Antonio abre así el camino a la interpretación del momento.

Entre otras muchas obras destaca su peculiar visión de la última cena: “Es la imagen que hubiera compartido cualquier apóstol si tuviera una red social, ya que ahora se lleva tanto mostrar fotos de la comida en la mesa”. Podría ser una “historia de Instagram”. El cuatro está compuesto de la forma habitual del artista con mezcla de recursos.

“En esta 'Última cena' se ve un fragmento de la mesa, con platos que invitan a sentarse a la mesa, vacíos para que nadie se sienta obligado a quedarse, pero con un cubierto de oro para agasajar al invitado en el banquete”. El artista abre paso a su modo de interpretación.

Cinco platos, algunos vacíos, pero cinco en referencia a los cinco libros de la Torá, del Antiguo Testamento, la parte común de judíos, cristianos y musulmanes. En la mesa, uva, representando el vino que hubo en la cena; dátiles, por la pascua judía, copas, tazas de café y hasta zumo de naranja. La interpretación de este momento clave para millones de personas está servida, desde Gandia.

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