El detenido por el crimen de Gandia gastó 500 euros en cosmética para su novia

El detenido, que lleva en la cárcel de Picassent desde principios de marzo, prestó esta semana declaración, de la que han trascendido nuevos datos. El chico aseveró ante el magistrado, como adelantó este periódico, que se fue de la casa y la víctima seguía viva. A esto hay que sumar que reconoció que se llevó tres tarjetas de crédito, pero matizó ante las preguntas del juez, fiscal y defensa que el hombre que apareció muerto se las entregó por propia voluntad.

El argumento que esgrimió el supuesto autor de los hechos es que la víctima se las prestó porque él no tenía dinero para regresar a Valencia. De hecho, el hombre que murió fue a por este joven a la capital, con el fin de traerlo a Gandia y que reparara algunos desperfectos en la vivienda, ubicada en el distrito de Roís de Corella.

Hay imágenes que muestran como antes de la hora de comer ambos acudieron a una gran superficie de bricolaje de Gandia para comprar el material necesario para las chapuzas que tenían previsto realizar. Todas relacionadas con la instalación de una antena, el cableado y la resintonización de canales en las televisiones de la casa.

El cofrade de 67 años apareció días después en la vivienda atado a la cama y amordazado, donde, al parecer fue torturado, con el fin de que revelara las claves de sus tarjetas de crédito e incluso de que diera los datos para acceder a sus cuentas bancarias.

Fuentes de la investigación explicaron que el joven indicó en sede judicial que comió con la víctima y tomaron un vino. Dijo que se sentía mareado y quiso irse tras realizar los trabajos y comer. Fue en ese momento, cuando, según el supuesto autor de los hechos, llegó otra persona. El arrestado respondió todas las preguntas excepto las que le formuló la acusación particular.

En el relato de todas ellas aseguró que se fue y la víctima seguía viva y se quedó con una tercera persona, «alto, fuerte, atlético y de piel morena», según consta en el escrito de declaración al que ha tenido acceso este diario. A esto añadió que el cofrade le prestó el coche. Dijo que se lo llevó a Valencia para hacer una «revisión», pero pasaron los días y no lo devolvía.

Cámaras de seguridad captaron al joven sacando dinero en Gandia, el día de la muerte, a las 17 horas, y en Valencia a partir de las 19. Se gastó, como prueban las imágenes de cámaras de seguridad, más de 5.000 euros en ropa, tiendas de deporte y de móviles. El arrestado dijo ante el juez de Gandia, además, que se enteró de la muerte por los medios de comunicación.