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ÓSCAR DE LA DUEÑA
Gandia
Viernes, 28 de mayo 2021, 00:07
El director del instituto María Enríquez de Gandia tuvo que ponerse ayer en la puerta del centro para controlar quién entraba y quién salía. ... El centro sufre una importante carencia de personal no docente y esto obligó ayer Juan Miguel Natek, máximo responsable del recinto de secundaria, a ejercer de bedel durante toda la mañana.
El María Enríquez de Gandia tiene a 1.200 alumnos matriculados y está abierto 15 horas al día, «desde las 8 a las 22.30 horas, más el tiempo necesario para abrir y cerrar las instalaciones, un total de 15 horas».
Pero el personal no docente, no da a basto. El centro tiene asignados cinco conserjes, pero sólo cuenta con dos. «Dos personas no pueden cubrir las 15 horas necesarias que requiere este instituto donde hay 700 estudiantes de ESO, 300 de Bachiller y 200 en los distintos ciclos formativos«, aseveró ayer Natek.
Este instituto «necesita cinco conserjes». «Se dan clases de mañana, tarde y noche», precisó el director, quien recordó que los problemas de personal son constantes. «Hace casi un mes teníamos a los cinco bedeles, pero uno se fue a otro centro por un cambio de destino y desde Consellería no se cubrió esta plaza, pese a que lo enviaron a otro empleo«, explicó.
Después, relató Natek, en cuestión de unos días, dos conserjes cogieron la baja médica y tampoco se han cubierto estas plazas, «pese a que llega final de curso y la labor de los bedeles es muy importante para docentes y alumnos«, precisó el director del María Enríquez.
Por tanto, en estos momentos sólo hay dos empleados para asumir las 15 horas que el centro está en activo. Uno de los problemas más importantes llegó ayer, cuando uno de los conserjes tuvo que cogerse la mañana por motivos médicos.
«He tenido que venir a primera hora y estoy aquí controlando quien entra y quien sale. No estoy en mi despacho donde tengo que atender otras cuestiones», relató Natek, que cada cinco minutos tenía que abrir o cerrar la puerta del centro y preguntar a los alumnos por qué llegaban tarde o cuál era el motivo de la salida.
Además, familias con cuestiones relacionadas con matrículas u otros trámites también acuden a pedir información, y ayer ocurrió de la misma manera. El director tenía que escucharles en el patio y hablar con secretaría a través de una ventana para darles una respuesta.
«El teléfono está sonando y nadie puede atenderlo», explicó el director a LAS PROVINCIAS mientras controlaba la verja del centro ante la entrada y salida de alumnos. Pero esta situación se suma a la que se lleva viviendo durante semanas.
«Desde que empezaron las bajas, tanto yo como otros miembros del equipo directivo hemos tenido que ponernos en la mesa de los conserjes. Sólo hay dos, pero tienen derecho a parar para el almuerzo y la merienda, por lo que alguien de nosotros tenemos que ocupar su lugar. De lo contrario nadie vigilaría quién entra o sale del centro«.
Natek comentó que, además, falta por cubrir «desde febrero» un puesto de limpieza: «La empleada se jubiló y eso desde Conselleria lo sabían, hasta le hicimos una fiesta. Seguimos esperando una persona que asuma este puesto«. El director aseguró que ante esta jubilación y las bajas se dio cuenta al Consell, por escrito. »No hemos recibido respuesta«.
Natek dijo que en estos momentos la figura del conserje «es muy necesaria». «Estamos de exámenes finales, se pueden hacer mil fotocopias a la semana, hay que controlar las clases, que haya gel hidroalcohólico y otros recursos, pero aquí seguimos esperando cuatro empleados». El AMPA denunció hace semanas la falta de personal.
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