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Ramón Puig y Samuel Breco muestran las estolas de hilo de oro y seda que custodia la iglesia de Rafelcofer. Ó. DE LA DUEÑA

Donan dos estolas de hilo de oro y seda de 150 años del padre Part, cura en Gandia y Beniopa

La familia Barber Part entrega a la iglesia de Rafelcofer las prendas para que formen parte de la colección artística parroquial

Ó. DE LA DUEÑA

Rafelcofer

Viernes, 25 de febrero 2022, 14:45

Una familia de Rafelcofer ha donado a la iglesia de la localidad dos estolas con más de siglo y medio de vida y de una ... calidad excepcional. Las prendas están hechas de seda, hilo de oro y algunas piedras preciosas y pertenecieron a José María Part Frasquet, que nació en esta población de la Safor y ejerció de cura durante décadas.

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El padre Part fue párroco de Beniopa, que en aquel momento era un municipio independiente, y en la Colegiata de Gandia, todo entre los años 1873 y 1904. La familia del reverendo ha entregado, hace menos de una semana, estas dos estolas a la iglesia de Sant Antonio de Padua y San Diego de Alcalá, para que sean conservadas e integradas en la colección parroquial.

Las estolas, como ha precisado el restaurador y miembro del consejo pastoral, Ramón Puig, son “dos obras de arte, propias de la época”, que muestran "muy bien cómo eran las prendas que se utilizaban en el XIX y del tipo que eran las estolas que estrenaban los curas cuando comenzaban su labor".

“Están conservadas como si se hubieran realizado ayer mismo”, ha agregado Puig. Ambas están elaboradas con seda y con hilo de oro, además de tener incrustadas algunas lentejuelas y piedras preciosas: "Todo esto las hace mucho más especiales, ya que aunque en la Comunitat también era muy habitual el uso de estolas, hay otras zonas de España, como Andalucía, donde su elaboración era mucho más recargada y siguen siendo un elemento muy utilizado".

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Puig ha explicado que, con toda probabilidad, una de ellas sería “especialmente realizada” para el día que Part “cantó misa” por primera vez en el siglo XIX y la otra estaría reservada para “momento más delicados, como entierros, por ejemplo”. De ahí que una sea de un blanco roto con joyas y la otra negra, de terciopelo, las dos con hilo de oro.

Pero en ambos casos, sostiene que todo apunta que no habrían sido utilizadas nunca, por “su buen estado de conservación”. Esta donación, ha dicho Puig, es el resultado de los trabajos de mejora de la iglesia y de recuperación de patrimonio que se está llevando a cabo en Rafelcofer: “Llevamos diez años restaurando el templo y sacando del olvido fotografías, partituras y material oculto, como el Bocaport que se ha restaurado”.

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Esto ha motivo, ha aseverado el joven, que las familias de Rafelcofer quieran colaborar y una muestra de ello ha sido la donación de estas estolas: “Estamos muy agradecidos, este material pasará a formar parte de la colección de patrimonio para que todo el mundo lo pueda ver y disfrutar”.

De hecho ya está previsto celebrar una exposición este año, en el que se cumple el bicentenario del fin de las obras de la iglesia. También este 2022 se dan casi por acabadas las actuaciones de restauración del templo, donde se han erradicado humedades y se han reforzado muros y el todas las estancias.

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Reliquia del Cristo quemado en la Guerra

Otra de las “joyas” que tiene la iglesia de Rafelcofer y que también se prevé exponer es una reliquia de una escultura del Cristo del Amparo. “Fue una donación de una vecina Lola 'La Monja', que recogió el único dedo que quedó tras la quema de la talla en plena calle durante la Guerra Civil”, ha contado Puig.

Puig y Breco muestran una imagen del cristo que se quemó en la Guerra Civil, arriba. Abajo, los jóvenes junto a parte del patrimonio de la iglesia de Rafelcofer y a la derecha un detalle del dedo que recogió Lola 'La Monja'. Ó. DE LA DUEÑA

“Esta vecina cogió esta extremidad de la escultura, fue lo único que se salvó de la quema de la imagen del Cristo de la iglesia de la Rafelcofer cuando estalló la contienda y la tuvo en su casa durante décadas. La gente estas cosas no quería decirlas por miedo”, ha relatado.

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Pero finalmente, en 2007, 'La Monja' donó “en una cajita” el dedo del Cristo. La talla era una obra del siglo XIX, datada en el año 1873. Este pasado 2021, la reliquia ha sido enmarcada para poder exponerla en las futuras exposiciones y también se baraja crear una colección permanente en la iglesia en el futuro.

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