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Ó. DE LA DUEÑA
Gandia
Martes, 8 de marzo 2022, 15:46
Ira, amor, tristeza, fuerza o alegría son algunos de los conceptos que abordará la falla Infantil de Serpis de Gandia. Esta comisión ha querido dar una vuelta de tuerca a la tradicional forma de crear un monumento para las fiestas josefinas y ha recurrido a personas con una «sensibilidad especial» para colaborar en la elaboración de la composición artística.
“Es un proyecto de inclusión social, en el que participan personas de un colectivo; abrimos las Fallas a todas las personas”, han precisado desde la dirección de la comisión. Esta falla apuesta cada año por el monumento infantil, al que destinan casi todos los recursos, y en este 2022 han atendido una demanda de los artistas que hacen el montaje: Sevior & Priol Arts. El objetivo de los artistas era empezar el modelaje de una falla desde cero, sin reutilizar el elementos de otros ejercicios.
“Los artistas falleros nos propusieron buscar la participación de algún colectivo para que colaborara en la elaboración del monumento. Querían aunar la creación de emociones y la integración social”, han indicado.
Por ello se pensó en Espurna, un fundación que trabaja por la integración social y laboral de personas con diversidad funcional desde hace décadas en Gandia. En la entidad hay unas 300 personas implicadas, pero unas 20 han participado en el proyecto: “Los integrantes de los talleres de pintura y 'trencadís'”, ha indicado Iñaky Aparici, educador de Espurna y padre de la reina de la falla infantil, Nagore Aparici. Serpis vio con buenos ojos la idea de los artistas y por ello se reunieron con la dirección de Espurna.
“Les pareció un proyecto muy interesante que sus chavales participen en la creación de una falla y nos pusimos manos a la obra”, ha agregado Aparici. La reunión fue a tres bandas, participaron los artistas, el presidente de Serpis, Juan Ormeño; y la directora de Espurna, Charo García Sabater. Fue a principios de año y el entendimiento fue rápido.
En la reunión se acordó que los chicos y chicas de Espurna elaboraran seis escenas dentro de sus talleres y que la Falla Serpis publicara un libro, para destinar su recaudación a la fundación. El proyecto se puso en marcha. La falla lleva como lema Emoticolor y el libro, que está a punto de salir de la imprenta, lleva el mismo nombre. Lo ha escrito Eva María Ormeño.
“Todo está relacionado”, ha precisado Aparici. “Los chavales de Espurna jugarán con los colores y las emociones para que las personas que visiten el monumento, que se plantará el próximo día 16 de marzo, puedan hallar en las seis escenas las diferentes emociones que puede producir un color”, ha agregado.
Los escenas están compuestas por una base redonda de poco menos de 50 cm de diámetro. Están cubiertas por el tradicional 'trencadís' que elabora Espurna y se ha recurrido a seis gamas de colores. Con el rojo se pretende reflejar la ira y el amor. El verde se ha destinado a la naturaleza, la tranquilidad y la calma. En el azul se podrá intuir la tristeza y la alegría, mientras que el morado intentará transmitir sensaciones de suerte, misticismo y tranquilidad; el amarillo jugará con la fuerza y la potencia, pero también con el hambre.
Uno de los talleres de Espurna.
Los artistas falleros de Sevior & Priol Arts, junto a Aparici.
Finalmente, la última escena mezcla blanco y negro, como contrapunto, “ya que no puede haber luz sin sombra”, como ha explicado Eva Ormeño, secretaria de la falla y autora del libro Emoticolor. El volumen es un cuento infantil que aborda el tema de las emociones mediante los colores y “cuenta la historia de lo que supone crear un monumento fallero”, que pronto verá la luz.
Pero la historia no acaba aquí. Cada una de las escenas es muy parecida a la anterior. Son una base de 'trencadís' con un pequeño ninot que se repite en todas. Se trata de un camaleón. Los seis están elaborados por los artistas falleros y justo este martes han llegado a Espurna. Los chavales de los talleres ya están manos a la obra para pintarlos. El misterio se reserva para el día del montaje de la falla, momento en que se podrá comprobar el resultado de todos estos trabajos.
“Los camaleones serán del mismo color, el que predomine en cada escena, pero los chicos y chicas de Espurna trabajan para que cada uno de ellos sea diferente y que los espectadores puedan apreciar todas las emociones que transmiten los colores cuando estén frente al monumento”, ha concluido Aparici.
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