ó. de la dueña
Gandia
Jueves, 21 de enero 2021, 23:41
La Conselleria de Educación ha iniciado la instalación de 30 barracones en Gandia para ubicar en ellos a 600 alumnos y poder reformar el instituto Ausiàs March, un centro académico que lleva dos décadas esperando una remodelación integral y en el que se han producido desprendimientos de techo y temblores durante estos últimos 20 años.
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Las familias de los escolares exigen el traslado inmediato a este centro provisional en cuanto esté listo y que arranquen las obras de remodelación del instituto. La construcción suma ya 90 años y ha conocido muy pocas reformas desde su construcción en 1930.
Los barracones se están colocando en un solar junto al Museu Faller de Gandia, donde ya hubo un colegio provisional hace años. Las familias reclaman que una vez estén ubicados los barracones se realice el traslado de alumnos a las nuevas instalaciones. Temen que haya nuevos retrasos en el proyecto. Las obras han sido una reclamación constante tanto de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) como de las familias.
Los trabajos de reforma ya han sido adjudicados por ocho millones y se costean a través del Pla Edificant, pero la incógnita es cuándo comenzarán. La previsión es que sea este año, pero para los padres dista mucho que sea después de Semana Santa a que sea en septiembre. El representante del AMPA, Federico Sanmateu, celebró la llegada de las aulas prefabricadas.
«Estamos contentos, pero no queremos que pase ni una semana más. Una vez estén instaladas, que pasen allí los 600 estudiantes y arranque la reforma», precisó. Agregó que llevan veinte años de espera y no quieren «más riesgos». «Son momentos complicados y no queremos arriesgarnos a que las cosas cambien de aquí a septiembre o finales de año y que algo impida que arranquen los trabajos«.
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La edil de Educación de Gandia, Carmen Fuster, explicó ayer que la llegada de las aulas es una «gran noticia» y que el equipo directivo ha hecho un «gran trabajo» para incorporar las demandas del AMPA y de las familias con hijos en el centro.
«Una de las peticiones ha sido que todos los alumnos quepan en el nuevo centro provisional y que no haya necesidad de hacer clases semipresenciales, como hasta ahora por el coronavirus. El equipo del Ausiàs March ha organizado un plan para asumir esta solicitud«, indicó.
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Ahora, añadió, es el equipo directivo quien debe decidir cuándo hacer el traslado: «Las aulas estarán instaladas en dos meses, a finales de marzo. Se evaluará si hacer el cambio de enseres y alumnos tras Semana Santa o dejarlo ya para el verano«. Las obras de remodelación comenzarían tras ese traslado. Es a este argumento al que se acogen los padres: »Cuanto antes comiencen mejor. Dejarlo para septiembre es casi pensar ya en los últimos meses del año«.
Emilia Barchín ha tenido a tres hijos en el Ausiàs March en estas dos décadas, uno aún asiste: «Mis hijos han estado en clase entre penurias. Ha habido desprendimientos de techo y hubo una época de temblores. Cuanto antes deben salir de ahí para que arranquen las obras».
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