Secciones
Servicios
Destacamos
ó. de la dueña
Gandia
Martes, 13 de octubre 2020, 23:04
La falta de agua en el tramo bajo del río Serpis se cobra una nueva víctima. La nutria abandona el ecosistema fluvial en la comarca por la ausencia de caudal. El pantano de Beniarrés cerró hace dos semanas las compuertas ante la llegada del mes de octubre y esta situación ha provocado la muerte de miles de peces, además de la marcha de este mamífero.
La nutria necesita agua en el cauce, ya que se alimenta de peces y cangrejos de río. La falta de agua entre el azud de Carròs, en Villalonga, y la desembocadura, en Gandia, ha hecho que los pocos ejemplares que había en este tramo «hayan huido» por la falta de «agua y alimento», como explicó Ismael Aznar, investigador de la Asociación La Madrilla, que controla los cambios de flora y fauna en el Serpis.
La nutria regresó al cauce del Serpis hace sólo dos años, tras una ausencia de siete décadas. Aznar explicó que los estudios realizados dieron con restos de este mamífero «que había regresado por sí solo al río». «La contaminación y la falta de agua de mediados del siglo pasado hizo que la nutria se fuera de cauces, como el del Serpis», agregó.
Pero con la puesta en marcha de depuradoras y la supresión de muchos vertidos en los últimos años «mejoró la calidad del agua» y esto favoreció que este mamífero volviera al ecosistema. «Durante este tiempo ha intentado colonizar algunas zonas del río, pero muy lentamente, ya que hay mucha escasez de agua».
La Madrilla ha encontrado pruebas de su presencia en varios tramos del Serpis en la Safor. «En las heces que se encuentran se puede ver que ha comido pescado de río y eso demuestra que está en el cauce», precisó Aznar.
Ahora, este mamífero ha huido a zonas más altas del río, ya que, además de nadar, tiene patas y puede desplazarse por la ribera. El problema lo hallan río arriba, donde pueden encontrar otros grupos de nutria que tienen un territorio marcado y no dejan acceder a otros ejemplares.
El experto añadió que la mortandad de peces en el Serpis sigue en aumento. «Las pozas cada vez tienen menos agua y menos oxígeno y, por tanto, van muriendo muchos ejemplares de barbo o anguilas y muchas otras especies autóctonas», finalizó.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Santander, capital de tejedoras
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.