Fin a un punto negro en Tavernes tras decenas de accidentes durante años

El Ayuntamiento de Tavernes ha puesto punto y final a uno de los puntos negros de la red viaria local, con la construcción de un nuevo acceso a la la playa, concretamente al tramo de La Goleta. Las obras de habilitación de una rotonda en la CV-605 han finalizado y permiten erradicar uno de los puntos críticos de la circulación, donde se han registrado decenas de colisiones en los últimos años.

El proyecto en sí consiste en la construcción de una glorieta en esta carretera que une Tavernes con Cullera por la costa, y que enlaza con Xeraco y Gandia mediante caminos rurales. Se trata del Camí Reial, que en el tramo de Tavernes es carretera, la CV-605. Durante décadas uno de los puntos calientes ha sido la entrada por el Camí de la Ratlla.

El Camí la Ratlla se unía a la CV-605 en un cruce con un stop, donde se unían todos los condicionantes para que fuera un punto negro, como ha comentado el, hasta este viernes, concejal de Urbanismo de Tavernes, Josep Llàcer. El edil de Compromís ha explicado en el «cruce había muy poca visibilidad» y a que esto se unía un cambio de rasante en la carretera que lo hacía aún más peligroso.

Por si esto no bastara, un poco antes del cruce había una «curva de 90 grados» que complicaba aún más la visibilidad. Todo esto generaba que se hayan viniendo produciendo colisiones de forma periódica en este cruce, sobre todo en los meses de verano. Llàcer ha explicado que la vía tiene un tráfico de más de 4.000 vehículos diarios, cifra que se triplica en verano cuando la playa alberga a los residentes de la época estival.

Desde finales de junio y hasta septiembre, la circulación rebasa los 12.000 vehículos, lo que hacía que en verano hubiera más siniestros. Por este motivo, desde el Ayuntamiento de Tavernes optaron por construir un nuevo acceso a la playa en la zona norte, es decir, a la playa de La Goleta, muy conocida por la situación de pérdida de arena que sufre y donde el mar da zarpazos a la costa en cada temporal y ya ha generado años irreparables en algunos complejos de viviendas.

La rotonda la ha construido la Diputación de Valencia, titular de la carretera, como ha explicado Llàcer, pero «ha sido un proyecto que ha sido ideado y concebido desde el Ayuntamiento de Tavernes». Las obras arrancaron el pasado mes de enero y, ha precisado el edil, se han cumplido los plazos previstos. «Tenían que estar en seis meses y nuestra prioridad es que acabaran justo para el inicio de la temporada estival y así ha sido», ha añadido el nacionalista.

Las obras no sólo consisten en la rotonda, que es lo más vistoso, pero no lo único que hace este tramo de carretera más seguro. «Se ha eliminado la curva peligrosa que había y se ha creado una recta en su lugar, que llega hasta la nueva glorieta. El viejo Cami la Ratlla ha dejado de tener el uso que tenía y ahora se ha reservado para acceder a las parcelas agrícolas del sector.

Además, desde la rotonda se ha creado un nuevo tramo de carretera que une esta infraestructura con el Camí Molló y la urbanización Marina Azul, todo zona norte de Tavernes y playa de La Goleta. De hecho, Llàcer ha indicado que con esta obra se podrá dar por finalizada esta urbanización, que no ha podido ser recepcionada porque le faltaba el acceso.

La zona residencial requería una entrada acorde con el nivel de viviendas del sector y el cruce de la CV-605 con el Camí la Ratlla no cumplía con las exigencias de Diputación. Por este motivo se impulsó la rotonda. Ahora, ha dicho Llàcer, se podrá hacer la recepción de esta urbanización tras un cuarto de siglo.

El edil ha destacado que la CV-605 es «una vía muy utilizada» por vecinos de Tavernes y de Cullera, así como por personas de otras poblaciones de Valencia y poblaciones de la Ribera que tienen su residencia estival en la playa vallera. Además, por esta carretera es muy habitual el paso de ciclistas, por «lo que era imprescindible» acometer unas obras de mejora y seguridad, sobre todo con la supresión del cambio de rasante y de la curva peligrosa.

En la CV-605 son muchas las colisiones que se produce, tanto las que se daban en el cruce de la Ratlla, ahora suprimido, como más hacia el norte, en la entrada al Brosquil. «Ha llegado hasta a haber víctimas mortales hace ya años», ha finalizado el concejal.

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