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Gandia
Jueves, 21 de abril 2022, 09:41
De Gandia a Irán para subir el Damavand, una cima de 5.609 metros. Esa ha sido la hazaña de dos miembros del Club Alpí Gandia que han ascendido a esta cima volcánica. Todo a -12ºC de temperatura en un momento en el que en Irán es su fiesta de fin de año.
Ángel Martín y Carlos Juan, miembros del Club Alpí Gandia, junto a Luis Miguel López del Club de Peñalara de Madrid y cámara de Al filo de lo imposible y Rafa Montagud, del Club Deportivo de Llocnou, acaban de volver a hacer una expedición al Damavand.
Los aventureros llegaron a Irán el 31 de marzo, coincidiendo con la celebración de la fiesta de fin de año en Irán, cuestión que no esperaban y que les obligó a avanzar todos sus planes para no quedarse parados en las carreteras debido a los desplazamientos de los propios iraníes para su celebración.
Un instante de la subida.
El mismo día de su llegada tuvieron que moverse a Polour para empezar el aclimatamiento a la altura ya desde el primer refugio. El día 1 de abril subieron hasta los 5000 metros para hacer progresivo el hecho de aclimatarse a la altura y vuelven a bajar para volver a subir hasta la cima el día siguiente.
Sólo tres miembros fueron quienes coronaron esta montaña que les regaló una temperatura de -12ºC, lo que parece idílico para el lugar donde se encontraban, la época del año y la altura del volcán.
Damavand es una cima volcánica de 5.670 metros de altura desde el mar Caspio (en los mapas 5.609m) que finaliza en como un salón refugiado del viento con vistas a las montañas nevadas que lo rodean. Para los iraníes es toda una referencia ya que es el volcán más alto de Irán y de todo Oriente Medio.
Cima del volcán Damavand.
El ascenso arranca con el fuerte frío de la mañana que poco a poco va calmando, subiendo por bloques de hielo de fácil y cómodo andar con crampones, lenguas de nieve que fueron antiguas lenguas de lava.
Al pasar los 5300 metros comienzan a pasar cerca de las fumarolas del volcán durmiente y destaca la cantidad de viento en el tramo final que se encuentra sin nieve precisamente por ello. Tras el ascenso de los tres compañeros, el descenso se hizo en el mismo día y sin demasiadas complicaciones hasta el punto de salida de este viaje a Polour.
Con esta rápida ascensión, los amigos Carlos, Rafa, Àngel y Lluís aún pudieron disfrutar unos días del país que les acogió. Cinco años sin poder entra en EEUU y otros tantos en Israel es parte del precio que se paga en Irán por ahora. Un país sin prácticamente turismo y que se muestra cómo es originariamente.
“Descendientes de los persas, que poco tienen que ver con los árabes, es un pueblo orgulloso de sus raíces y muy amable. Aunque los carteles se muestran en iraní y en inglés, es difícil encontrar quien los entienda y les hable. Sabores y olores que poco tienen que ver con nuestras tradiciones y que los compañeros de expedición han traído entre otras anécdotas que contar en sus mochilas”, han finalizado.
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