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O. De la Dueña
Simat
Lunes, 5 de octubre 2020, 19:52
Una higuera crece en lo alto de la torre de la iglesia del Monestir de Santa Maria de Simat de la Valldigna desde hace un año. Este pequeño árbol frutal corona la construcción del siglo XVIII y pone en peligro los cuerpos superiores del campanario, ya que las raíces de esta especie son profundas y robustas.
De hecho, tradicionalmente las higueras se plantaban alejadas de las casas de campo valencianas, ante el peligro que suponen sus raíces para las construcciones. En este caso, la especie lleva un año agarrándose a los robustos muros de la torre, que suman más de tres siglos de historia. La falta de mantenimiento de este conjunto histórico ha permitido que aparezca este árbol.
La escasez de mantenimiento, además, ha generado que se hayan producidos desprendimientos en otras dependencias góticas durante este invierno. De hecho, el pasado noviembre cayeron varias piezas de un claustro gótico, que separa la iglesia del refectorio. Se han desprendido varias dovelas de dos arcos que se conservan en el patio.
El Monestir de Santa Maria de Simat es uno de los cenobios con más historia de la Comunitat Valenciana. De hecho, el Estatuto de Autonomía recoge en un artículo la relevancia de este convento del que dice que es «templo espiritual, histórico y cultural del antiguo Reino de Valencia», impulsado por Jaume II.
El recinto se fundó a finales del siglo XIII y fue edificándose en los años posteriores, bajo las premisas del gótico cisterciense, un estilo nacido en Francia a principios del milenio pasado que buscaba una arquitectura austera con grandes espacios que invitaran a la reflexión y a la oración de los monjes.
La higuera corona la torre de la iglesia, una construcción barroca, que se habilitó hace más de tres siglos para complementar las instalaciones y para seguir las pautas de la época. Esta especie «está en la parte alta desde hace un año», como indicó el presidente del Mancomunitat de la Valldigna, Josep Antoni Alberola.
El también alcalde de Benifairó explicó «no se sabe cómo ha llegado la planta allí, pero que es un síntoma claro de la falta de mantenimiento del Consell» hacia este baluarte de la cultura valenciana. «La higuera se ve desde varias partes del término, desde la montaña o la carretera que sube a Barx», agregó.
Situación compleja
Según insistió el presidente de la entidad supramunicipal, la situación, «es compleja», debido a la falta de competencia, puesto que ni la Mancomunitat ni Simat tienen potestad para acceder al recinto y solventar las incidencias. «Los desprendimientos del claustro gótico fueron en noviembre del 2019 y el monasterio siguió abierto, con esta zona acordonada», añadió.
No fue hasta el estado de alarma cuando se cerró el cenobio. «Pero Conselleria ya no lo ha vuelto a abrir por los desprendimientos». Pese a todo, la Mancomunitat organiza actos culturales en otra de las salas, la Almassera.
«Tenemos que pedir permiso para cada acto y, en ocasiones, llegan dos días antes, como pasó en agosto», relató el presidente de la Mancomunitat. La Conselleria ha prometido obras de mejora. «Quitar una hoguera o paliar desprendimientos tendrían que ser de urgencia. Ahora los plazos que manejan las administraciones impedirán que se pueda hacer algo antes del año que viene», finalizó Alberola.
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