Un incendio calcina una nave y daña cuatro casas en Beniarjó

Un incendio ha arrasado un almacén de muebles en Beniarjó y ha dañado, además, cuatro viviendas y un piso, todos recayentes a la calle Sant Enric de la población de la Safor, donde se produjo este fuego en la noche del lunes. El fuego arrancó pasadas las 21.20 horas y las llamas se propagaron con rapidez, dado que el material de la nave era fácilmente inflamable.

En las últimas horas con luz del día la columna de humo era visible desde toda la Safor y las llamas desde todas las poblaciones cercanas.

De momento se desconocen las causas del siniestro, como indicó la alcaldesa de Beniarjó, Eva Llinares. La Guardia Civil investiga el posible origen de las llamas. La nave estaba alquilada, pero antes de eso fue un negocio de maquinaria agrícola muy conocido.

Una vez sofocado el pavoroso incendio, en la mañana de este martes, se comenzaron a estudiar los daños. Este martes desde primera hora, mientras varias dotaciones de bomberos apagaban los últimos rescoldos, varios peritos visitaban ya las viviendas afectadas.

Se trata de cuatro adosados de la calle Sant Enric y un piso. El muro que separa la nave y estas viviendas «ha impedido que las llamas entraran a las casas, pero las altas temperaturas han dañado las viviendas», precisó Llinares.

Una de las residentes, Inma Sánchez, explicó que el fuego derritió «pérgolas, mobiliario de las terrazas, aparatos de aire acondicionado e incluso placas solares». Tanto Sánchez como otros residentes pasaron la noche del lunes fuera de sus casas, en viviendas de familiares.

El Ayuntamiento de Beniarjó envió a una pareja a un hotel de Gandia ya que los vecinos carecían de una vivienda alternativa. Varios residentes de Sant Enric explicaron que muchos de los vecinos reaccionaron a tiempo y que la «colaboración fue máxima».

«Cruz Roja se puso a nuestra disposición para ayudar, incluso la pizzería del pueblo envió comida para los bomberos y para la gente que estaba en la calle hasta que encontraron un lugar dónde ir», añadió Llinares.

El fuego se declaró a última hora del lunes y obligó a desplazar hasta ocho dotaciones de bomberos. Acudieron, además, agentes de Policía Local de todas las poblaciones limítrofes.

Ante la virulencia de las llamas hubo que desalojar a los vecinos de las viviendas más cercanas, unas 30 personas, los adosados de la calle Sant Enric y los residentes de algunos pisos.

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