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Ó. DE LA DUEÑA
Gandia
Lunes, 25 de octubre 2021, 22:54
El avance en la investigación por la muerte del cofrade de Gandia el pasado mes de febrero sigue poniendo en evidencia la declaración del principal sospechoso, un joven de 29 años, amigo de la víctima que, supuestamente, le habría atado a la cama con bridas, torturado y golpeado con saña para obtener todas sus claves bancarias y robarle sus ahorros.
El arrestado estuvo a mediados de febrero en casa del muerto, de 67 años, haciendo unas reparaciones y comiendo con el cofrade. En sus declaraciones, según fuentes de la investigación, ha sostenido que se fue de la casa y que el hombre estaba vivo, incluso ha llegado a insinuar que habría una tercera vivienda, algo que no ha podido demostrar.
Es más dijo, según estas mismas fuentes, que el cofrade le encargó que se llevara su coche, un Citroen C3 para hacerle unas reparaciones en Valencia en algún taller que el chico conociera. En todo momento ha negado que robara el vehículo.
El joven fue arrestado varias semanas después «tiempo suficiente para llevar a cabo cualquier arreglo en el turismo», señalaron fuentes de la investigación. Pues bien, una vez detenido y encarcelado el supuesto autor de la muerte, el vehículo se llevó al concesionario oficial de la marca en Gandia.
En el taller se estudió el coche y se comprobó que no se habían hecho cambios o reparaciones en los últimos tiempos. Esto, por tanto, desmonta, indican las mismas fuentes, el argumento de que se llevó el coche para hacer mejoras, por lo que todo apunta a que fue un robo.
Este informe fue una petición el magistrado que instruye la causa y que junto a la Policía Nacional están llevando a cabo una exhaustiva investigación del caso que conmocionó a Gandia hace casi ocho meses.
Además, se une al informe de la Policía Nacional, que se conoció hace unas semanas y que sostenía que el joven habría cogido las llaves del turismo y de puertas de acceso al garaje en la vivienda para poder sustraer el coche. El chico negó que la víctima le diera las llaves y dijo que no encontró puertas cerradas en el edificio para acceder al sótano.
El documento policial remarca que hay varias puertas cerradas a cal y canto y que es imposible entrar en el garaje sin tener un manojo de llaves. Los agentes realizaron en informe tras investigar en el edificio. Hasta el momento parece estar claro que el joven estuvo en la vivienda, hay fotos de ello.
El chico se habría llevado el móvil del muerto y borró conversaciones y archivos. Además, tras la tortura obtuvo, supuestamente, tarjetas de crédito de la víctima con las que sacó dinero nada más salió de la vivienda, en Gandia. Desde la capital de la Safor se fue a Valencia con el coche del cofrade y obtuvo más liquidez en distintos cajeros, además de gastar miles de euros en tiendas de telefonía, deporte y estética, donde compró productos para su novia. Todo indica que la tortura iba encaminada para conocer más claves bancarias y poder obtener todo su dinero.
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