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TAVERNES
Lunes, 16 de enero 2023, 23:19
El instituto Jaume II el Just de Tavernes de la Valldigna es un centro que suma más de 54 años. El centro se estrenó alrededor del año 1968 y desde entonces sólo se ha llevado a cabo alguna actuación de ampliación, pero en las últimas tres décadas ninguna obra de calado, pese a las enormes deficiencias que sufre este recinto académico. Ahora se han iniciado los trámites para derrumbar y construir un nuevo espacio de Secundaria, Bachiller y Ciclo Formativos, que como pronto estaría acabado para el curso 2026/27.
El Jaume II el Just es uno de los institutos de Tavernes y que durante muchas décadas albergó a jóvenes de otras poblaciones de la Valldigna, incluso de Tavernes y Xeraco. Además imparte clases nocturnas, lo que explica el enorme desgaste del espacio. Las goteras en las plantas más altas son una constante, hay humedades en distintas partes del centro y hasta grietas. Está levantado en la falta de la montaña junto al casco urbano, lo que supone un gran desnivel entre las distintas partes de la parcela, que cuenta con miles de metros.
El Ayuntamiento de Tavernes lleva años intentando poner en marcha la reforma del centro, pero no ha sido hasta hace unos meses cuando la cosa ha cobrado fuerza. Pese a todo, el consistorio se ha adherido al Pla Edificant pero aún está redactando los pliegos de contratación para la redacción del proyecto, es decir, el documento que determinará cómo será la obra y como habrá que demoler el viejo centro. Más tarde llegará la adjudicación de la construcción. Por todo ello y los tiempos que requiere cada paso administrativo las obras no arrancarán antes de finales de 2023, como ha indicado el edil de Urbanismo de Tavernes, Josep Llàcer.
Eso sí, el concejal de Compromís sostiene que el proyecto está en marcha que es lo importante y que hay que tener en cuenta que en el Jaume II “no se va a ejecutar una reforma al uso de las que se llevan a cabo en el Edificant”, sino que se va a demoler todo y hay que nivelar una parcela de montaña, es decir, un “trabajo complicado”. De hecho, ha agregado, se ha tenido que relaizado un estudio geotécnico antes de adherirse el plan de la Conselleria de Educación.
Por tanto, en el Jaume II la situación es la siguiente: ahora los técnicos municipales están redactando los pliegos para sacar a concurso la redacción del proyecto de obra. Una vez este documento esté adjudicado y redactado, se calcula que para marzo o abril de 2023, se sacarán a concurso las obras. Si todo va bien esta fase podría concluir entre septiembre y octubre, momento en que se conocería la empresa que realizará la actuación y dar comienzo a los trabajos a finales de año o principios de 2024.
Eso supondría que para el próximo curso, el 23/24 los alumnos ya tendrían que iniciar las clases en otro centro provisional, con barracones. En esta alternativa ya se está trabajando de forma conjunta entre el Ayuntamiento y la Conselleria de Educación. Pero de momento la prioridad es agilizar los trámites para que las obras comiencen en los plazos previstos. Aún así la actuación necesitará, cómo mínimo, tres cursos para estar acabada y que los más de 800 alumnos estrenen el nuevo Jaume II.
Llàcer ha explicado que si las obras arrancan a finales del 23, serán necesarios el próximo curso, el 24/25 y el 25/26 como poco. El edil ha reconocido que esta horquilla de años se toma como referencia si todo va bien, ya que el documento base que tiene el Ayuntamiento establece en unos tres años la duración de las obras, tiempo que se podrían acortar si las empresas que opten a los trabajos ofrecen como mejora más personal y, por tanto, celeridad en los trabajos.
Esa memoria es la que se ha utilizado para solicitar el Pla Ediciant para el Jaume II y, basándose en los criterios preestablecidos por el Consell, la obra necesaria en Tavernes ascendería a 11,7 millones de euros. “1,3 millones serían para derrumbar el viejo inmueble de más de medio siglo y 9,5 para construir el nuevo”, ha aseverado Llàcer.
Lo que sí se sabe es que el nuevo Jaume II se habilitará sobre un nivel intermedio, es decir se creará una especie de plataforma que nivele toda la parcela, hoy en pendiente. Habrá dos aularios, uno con planta baja y dos alturas y otro con planta baja y un primer piso. Estas construcciones se levantarán entre las calle Gómez Ferrer y Camí La Dula. Entre ambos edificios habrá una plaza central. Además habrá nuevos espacios para gimnasios, vestuarios y zonas de dirección y despachos para profesores. La parcela tendrá pistas deportivas en la zona más próxima a La Dula.
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