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S. ROCA
Miércoles, 5 de septiembre 2018, 01:00
gandia. Miki Novovic es el hombre que volverá a darle uno de los toques balcánicos a la plantilla de esta temporada en el UPB Gandia. El pívot, de 2.08, se une a otros montenegrinos que también vistieron la camiseta morada de los gandienses como Filip Knezevic en 2013 o Vladimir Tomasevic en 2016. En ambos casos buenos jugadores y buena gente, con Miki dicen quienes ya lo conocen que el perfil es el mismo. Jugador de equipo y con muy buena impresión en el trato directo.
Con un castellano casi perfecto, el nuevo jugador gandiense tiene al alcance una adaptación casi instantánea: «Mi experiencia en Tortosa, en Galicia, donde estuve dos años jugando me ha ayudado a dominar el idioma». Sobre su experiencia en la liga portuguesa, de donde procede, el pívot dijo: «Es una buena liga, donde juegan muchos extranjeros con cinco americanos por equipos. Fue una buena temporada a nivel personal, aunque como equipo se pudo hacer mejor».
La llegada del montenegrino a Gandia no es casual. Por en medio está el trabajo de Salva Gomar, siempre atento a los movimientos del mercado y a las ocasiones y Miki lo es: «Tenía ganas de volver a España porque me gusta su baloncesto y su gente. Hablé con mi agente sobre la posibilidad de volver a este país y salió la ocasión. Estoy muy feliz».
Esta temporada el Units Pel Bàsquet ha confeccionado un equipo joven, con características diferentes a las de la temporada pasada y Novovic es consciente de ello: «Es un bloque muy joven se nota que todos quieren correr y que la defensa va a ser muy importante. Creo que si trabajamos en equipo todo será más fácil. Víctor ya nos está diciendo lo que quiere y creo que vamos a ser un buen equipo».
«Mi fuerte es la fuerza y la altura, puedo jugar muy bien el juego en el pick and roll. No soy un lanzador pero puedo jugar abierto e intentar tiros de tres, correr bien en transiciones tanto ataque como defensa. Soy más un jugador de equipo, con juego europeo no como los americanos que son muy tiradores y anotadores. Yo estoy más para ganar», así se describió el mismo.
El éxodo de jugadores desde los Balcanes al resto del mundo tiene en la calidad innata de sus jugadores la razón más lógica aunque Miki añade una más práctica: «Mi país es baloncesto y anteriormente en Yugoslavia también, pero en Montenegro la media de estatura es la más alta de Europa y fuera de allí tenemos más oportunidades». Cuestión de altura pues.
Hablar de Yugoslavia y no recordar uno de los capítulos más infames de la historia europea no es fácil aunque el nuevo jugador sonríe forzadamente para acortar la respuesta: «La vida ahora en Montenegro es mejor. Poco a poco el país se va haciendo más europeo. Tengo 25 años y cuando era pequeño viví el horror y las secuelas de la guerra y esto te hace valorar más la vida de ahora», apuntó el nuevo fichaje de Units Pel Bàsquet.
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