El nuevo Ausiàs March conservará la fachada racionalista de los años 30

Las obras de construcción del nuevo instituto Ausiàs March de Gandia arrancarán en tan sólo unos meses. El Consell ha planteado una actuación integral, que prevé derribar todo el inmueble y levantar un centro educativo totalmente nuevo. Eso sí, el proyecto de obra, que ahora se está redactando, debe contemplar la conservación y restauración de la fachada de influencias racionalistas.

El acceso principal recae sobre la plaza de Crist Rei y con el paso de las décadas se ha convertido en todo un emblema de la capital de la Safor. La imagen del centro educativo en su época de color azul junto a la fuente de esta redonda ha sido un clásico en postales y diversas publicaciones de la Ciudad Ducal.

La relevancia arquitectónica e histórica de la fachada radica en que se construyó durante la Segunda República, cuando el Gobierno de la época puso en marcha planes para crear infraestructuras educativas y desligar la enseñanza de instituciones religiosas.

La construcción siguió las pautas de la época, pese a que se levantó en los años 30 se introdujeron pautas racionalistas en el diseño, ya que este estilo ha sido el predominante en muchas construcciones del siglo XX.

En Gandia, además del actual Ausiàs March se edificaron en la misma época centros como el colegio Sant Francesc de Borja, que fue rehabilitado hace unos años. Ahora, el gobierno local ha aprobado la adjudicación de la redacción del proyecto y la dirección de obra.

El plan de obra tiene un coste de 205.700 euros y se costeará con fondos del Consell. El Gobierno autonómico ideó el Pla Edificant, mediante el cual delega en los consistorios la construcción y dirección de proyectos de centros educativos, con la intención de agilizar la renovación de estas infraestructuras. Con esta obra se pondrá fin a los temblores del viejo inmueble, generados por el mal estado del centro y la antigüedad de los materiales.

La empresa que redactará el plan de trabajo es la misma que hace varias décadas diseñó uno de los tramos de los Jardines de Turia, el proyecto medioambiental con el que Valencia regeneró el antiguo cauce del río y lo integró en el entramado urbano.