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El vigilante de un pub de Gandia observa a cuatro jóvenes en la madrugada del sábado. B. Ortolà
Ocio nocturno sin sustos en Gandia

Ocio nocturno sin sustos en Gandia

Los locales aumentan la seguridad, reducen aforos e invitan a los clientes a identificarse para posteriores controles en caso de contagios Pubs y discotecas vuelven a abrir tras 15 días cerrados por brotes de Covid-19

B. ORTOLÀ

GANDIA.

Lunes, 3 de agosto 2020, 00:13

El ocio nocturno volvió a adueñarse el sábado de Gandia después de un periodo de 14 días de cierre obligatorio de pubs, bares y discotecas en la capital de La Safor, tras el brote de coronavirus que puso las alarmas en la comarca y la Comunitat. Calmada es la palabra que mejor definió esta reapertura. La complicada situación vivida en las últimas semanas no permiten más errores, por lo que pubs y discotecas extremaron las medidas para mantener la seguridad de sus clientes y por consiguiente la de los negocios.

Atrás han quedado, por el momento, las aglomeraciones en las calles donde se concentran los locales nocturnos, «preferimos tomarnos un par de copas en uno de los chiringuitos de la playa, tranquilos», explicaban una joven pareja que, tras una cena en uno de los locales de restauración del Paseo Marítimo, se dirigía a uno de los bares situados en la arena, a escasos metros del mar. Música relajada y ambiente distendido se vivía el sábado noche en estos chiringuitos de espacios abiertos, aunque «con las mesas algo pegadas para nuestro gusto», matizaban dos clientes.

Algo más de movimiento se observaba a pocos metros de estos locales, en el paseo, donde los bares y hoteles llenaba las terrazas, siempre con el aforo permitido, y decenas de personas de todas las edades disfrutaban por la noche de una tregua de la calima que aconteció a lo largo del día. La mayoría de la gente llevaba puesta la mascarilla, aunque muchos la hacía servir de 'reposa barbas', especialmente se repetía esta imagen entre los más jóvenes. Ellos fueron los primeros en tomar posiciones en los pubs de la zona. No antes de la 1.30 de la madrugada. Hasta entonces los relaciones públicas de los locales intentaban atraer al escaso público, «se nota bastante que vivimos momentos complicados, a la gente le está costando decidirse a venir a tomar una copa», apuntó una de ellas. Razones para la reticencia no faltan, «no nos inspira mucha confianza estar encerrados ahora en una discoteca o pub, mucho mejor estar al aire libre, aunque hay gente para todo», comentaron dos jóvenes que, junto al resto de amigos (más de media docena de personas) meditaban sobre si pasar una velada en un chiringuito de playa o pasarse por algún local de moda.

«Las mesas están algo pegadas para nuestro gusto», fue una de las escasas quejas del cliente de un chiringuito

Son estos, gente de entre 20 y 25 años los que más frecuentan ahora los pubs y discotecas, «parece que tienen menos miedo que el resto», remarcaban dos vecinos del Grao de Gandia que paseaban cerca de uno de los locales más conocidos.

«Extremamos medidas»

Los locales de ocio ahora no quieren correr riesgos. Controlan los aforos, extreman las precauciones entre sus clientes y también entre los trabajadores. Incluso se ha impulsado una propuesta de la Generalitat para facilitar la trazabilidad en caso de contagio. En muchos de los pubs y discotecas se han colocado códigos QR para que los clientes registren su entrada y conseguir tener un listado que facilite los trabajos de lo sanitarios para contactar con todas las personas en caso necesario.

«Estamos extremando las medidas, dentro del local el aforo es limitado, nosotros solo permitimos el acceso a 17 personas a la vez, después en la terraza pueden estar otras 10 o 15» explicó la encargada de unos de los pubs que todavía quedan en la Plaza Castell. Una zona que antaño rebosaba de ambiente nocturno pero que en los últimos años ha decaído. La estocada definitiva a este modelo de ocio de locales pequeños se dio el pasado año con la aplicación de un ZAS que obligaba a adelantar el cierre. Muchos de los negocios decidieron poner entonces el cartel de 'se traspasa' y se trasladó la zona de fiesta a unas pocas calles, donde el concepto cambió. Se optó por locales más grandes y con terraza. Aunque el Covid-19 también les ha dado un duro golpe. De hecho el sábado la tranquilidad reinaba también en esta zona, abarrotada en otros tiempos no tan lejanos.

El virus ha cambiado también el concepto de la discoteca. La nueva normalidad los ha convertido en espacios más calmados, donde ir a tomarse unas copas sentados mientras suena la música, pues se han retirado las pistas de baile, «ahora parecen pubs más grandes».

La reserva es obligada ahora, al menos en una de las discotecas de referencia de la capital de La Safor. En cuanto a la clientela, aseguró ayer uno de los trabajadores, que la mayoría son «gente de fuera, de Madrid principalmente. Los de aquí ahora no buscan este tipo de entretenimiento».

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