Urgente Tormentas de lluvia y granizo descargan sobre Valencia: Previsión de Aemet para las próximas horas
Terrenos vallados para celebrar festivales de música este verano en Tavernes. LP

La polémica de los macrofestivales vuelve a la costa

Vecinos de Tavernes y Cullera denuncian que los conciertos generan ruido y botellón pese a que cuentan con el aval del Consell, que reconoce que no hay afección al entorno

Ó. DE LA DUEÑA/ALICIA TALAVERA

GANDIA/CULLERA

Martes, 14 de junio 2022, 16:01

La celebración de macrofestivales en el litoral valenciano está un año más en el punto de mira y enfrenta a vecinos que protestan por las molestias que sufren, a promotores de estos conciertos multitudinarios e incluso a Ayuntamientos, que entienden que estas iniciativas son acertadas para impulsar la economía y los negocios en sus poblaciones.

Publicidad

Un ejemplo de esta situación se da en Tavernes de la Valldigna, donde desde hace meses se está preparando un recinto para albergar varios festivales durante la temporada de verano de 2022. Pues bien, de los cuatro certámenes previstos sólo se celebrarán dos, ya que uno de ellos se ha suspendido y otro se ha traslado a Cullera.

En la Comunitat se organizan a lo largo del año 130 eventos de estas características. En mayor o menor medida, suelen albergar a varios miles de personas, todos bajo el paraguas de Mediterranew Musix, la marca que Turisme de la Comunitat ha impulsado para promocionar este tipo de certámenes.

En Tavernes el éxito de varios festivales en los últimos años como el Iboga o el Mediterránea había atraído a nuevos promotores. De hecho, este verano estaban previstos dos nuevos: el Octopus y el Zevra. Este segundo está organizado por la misma empresa del conocido Medusa de Cullera, que alberga cada verano a decenas de miles de personas cada mes agosto.

Tanto el Iboga como el Mediterránea se celebraban en el tramo de la playa de La Goleta de Tavernes, pero las protestas vecinales de años anteriores acabaron en los juzgados. Los residentes denunciaron y un juez les dio la razón. No se pueden organizar eventos en la zona que superen los 30 decibelios.

Publicidad

Por este motivo y ante la llegada de nuevos organizadores a Tavernes se pensó en buscar una zona alternativa. La idea propuesta por el Ayuntamiento es una extensa zona de suelo urbanizable en el sector sur de la localidad, en paralelo a la costa. Pero esto no ha gustado nada a los residentes de la playa y a vecinos de la localidad en general. Ante esto se creó la plataforma Per una Vall Digna, que según sus impulsores quiere velar por la “protección del territorio y del medio ambiente” en esta zona de la Safor.

Denuncian incompatibilidad

Esta agrupación, junto a la Associació Acció Ecologista Agró, ha enviado varios escritos al Consell denunciando la incomptabilidad y sostiene que el recinto que se ha habilitado no cuenta con la documentación legal necesaria. Es más, hablan de que es incompatible con el Pativel o el Patricova, algo que niegan desde Tavernes, afirmando que es compatible con ambos planes.

Publicidad

El recinto en sí está formado por una serie de parcelas que suman un total de algo más de 150.000 metros cuadrados, una cuarta parte de todo el sector. Está en suelo urbanizable y sus propietarios son algunas entidades financieras. “Ante la llegada de nuevos promotores musicales a Tavernes interesados en celebrar otros festivales propusimos esta zona. Se trata de parcelas de huertos abandonadas que se han limpiado, que llevaban años acumulando maleza”, ha precisado el edil de Urbanismo de Tavernes, Josep Llàcer.

El concejal ha indicado que desde el consistorio se solicitó a los diferentes promotores que “cohabitaran” y entre todos se optó por habilitar esta zona. Llàcer condicionó el proyecto a que contaran con permisos e informes del Consell que certificaran que no había afección al territorio. Los impulsores de la iniciativa obtuvieron un documento de la Dirección General de Medio Ambiente que reconocía que no había afección: “El recinto, donde sólo se han adecuado los terrenos y no se ha construido nada, está a más de 150 metros de la costa hacia el interior, concretamente a 500, más de tres veces lo exigido”.

Publicidad

Pero pese a todo esto desde Per Una Vall Digna sostienen que la afluencia de visitantes a esta zona puede ser “devastadora” para el entorno. “Miles de personas en esta zona de Tavernes querrán ir a la playa y dañarán las dunas”, han explicado a este periódico miembros del colectivo.

Limpieza de los terrenos

Esto ha sido rebatido por Llàcer. “Medio Ambiente ha contestado a esta plataforma explicando que no hay afección al entorno, en su segunda manifestación sobre el tema. Además, no se puede acceder desde el recinto a la playa. Habría que saltar las vallas, atravesar campos abandonados y llenos de maleza y saltar por todas las casas que hay fuera de ordenación en primera línea, frente a las dunas. Si estas personas quieren ir a la playa lo harán por los accesos que hay, como todos los usuarios”.

Publicidad

Llàcer ha remarcado que Tavernes es “muy exigente” y que pide muchas garantías a los promotores de festivales. De hecho, ha agregado, el plan de seguridad previsto, además de contar con vigilancia en el recinto para cuando haya festivales también prevé personal de salvamento en las playas cuando se celebren los conciertos. “En este tramo de costa no hay servicio de socorrismo, por eso hemos exigido a los promotores que lo asuman”.

Pese a todo, Llàcer ha indicado que se está hablando de “dos fines de semana”. “El Iboga se celebra entre el 27 y el 30 de julio, mientras que el Mediterránea es el 19 y 20 de agosto”. Ambos suelen reunir entre 10.000 y 12.000 asistentes. El Octopus se anunció por primera vez en 2020, pero la llegada de la pandemia impidió su celebración. El Zevra llegó a Tavernes de la mano de los organizadores del exitoso Medusa y tenía intención de reunir hasta a 25.000 personas.

Noticia Patrocinada

La empresa ha visto superadas sus expectativas y el interés por este certamen ha sido más de lo esperado, por lo que barajaron ampliar el aforo. “Por este motivo lo han traslado a Cullera, donde ya cuenta con un espacio mucho más grande, en unos terrenos que están en la misma situación, urbanizables sin desarrollar”, ha agregado Llàcer.

En Cullera, desde el Ayuntamiento han mostrado su satisfacción ante la decisión de los organizadores, indicando que la localidad se consolida como un referente en materia de turismo y festivales. Los vecinos más cercanos a la zona del Manhattan de Cullera ya han dado la voz de alarma. Han lamentado que todos los eventos musicales vayan a esa zona tan próxima a sus viviendas y han denunciado que cada año sufren las molestias del ruido, del botellón y de la suciedad.

Publicidad

Por otra parte, se ha conocido que Tavernes de la Valldigna ha sido una de las playas que ha recibido una Bandera Negra, distintivo que se otorga por mala gestión del litoral. Ecologistas en Acción, que otorga estas banderas entiende que en esta población las dunas de la Safor están en peligro "por nuevos usos turísticos: los macrofestivales, que perjudicarán gravemente esta franja dunar superviviente y a las múltiples especies que allí anidan y habitan", ha indicado el colectivo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad