![La reforma de un colegio de Gandia lleva año y medio paralizada](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/03/06/gandia-corella-RKAj6bv8PznDBIqFJ6PRijI-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Ó. DE LA DUEÑA
Miércoles, 6 de marzo 2024, 09:33
La comunidad educativa del colegio Roís de Corella de Gandia ha denunciado el estado «lamentable» y los peligros a los que está sometido el alumnado desde que se paralizaron las obras de reforma de este centro. Los trabajos cesaron hace año y medio, después de que la constructora encargada abandonara las obras.
La empresa concesionaria de esta remodelación fue Cydemir, Construcciones y Desarrollo Tudmir SL, que se hizo con la contrata por algo más de 943.000 euros. Inició los trabajos en julio de 2022, pero los dejó en octubre de ese mismo año. Hace, por tanto, año y medio que la infraestructura está por acabar, lo que crispa tanto a los docentes como a las familias, cuyos hijos acuden al centro escolar.
El equipo directivo ha intentado durante meses obtener información sobre el nuevo proceso de adjudicación, según han informado, y la respuesta siempre es: «Está todo muy parado. No hay presupuesto». «Y es por eso que ahora, toda la comunidad educativa ha dicho 'Basta!' y pasa a la acción saliendo a la calle para denunciar el abandono absoluto por parte de la Conselleria y exigir que el proyecto no quede en el cajón».
Lo hará acudiendo el 26 de marzo a una concentración en Valencia convocada por la Federación de Asociaciones de Madres y Padres. Después la intención es manifestarse también por las calles de Gandia.
En octubre de ese año se paralizaron después de que la empresa constructora renunciara al contrato por estar en situación de preconcurso de acreedores. Tan solo se había ejecutado un 20% del proyecto. «Quedó tan mal que en diciembre el ayuntamiento se vio obligado a ejecutar una obra en 'precario' de casi 50.000 euros para garantizar el funcionamiento del centro y eliminar algunos de los peligros provocados por las obras, han asegurado.
El resultado que sufre el centro desde entonces es el siguiente: conducción del gas agujereada y algunos radiadores cambiados de lugar; inhabilitación del riego a goteo; cañerías de desagüe de pluviales y de suministro de las fuentes del patio rotas; árboles arrancados de tronco y raíz; el acceso principal del gimnasio está cerrado por un desnivel de tierra de un metro; algunas tapas del alcantarillado han quedado al descubierto, con un riesgo evidente, lo cual además facilita la entrada de animales; en el interior de la escuela se derribaron aulas que iban a ser reformadas, pero que ahora han quedado a medias e inutilizadas, y se arancaron una pérgola en una zona de paso cubierta.
Además, se perdió el acceso en la zona de los huertos escolares y toda la parte este del patio: quedó pendiente el derribo de un edificio anexo situado en el patio, donde acceden desde el exterior personas ajenas que rompen cristales y se ponen en peligro.
«Es una escuela que está llena con más de 450 niños y niñas y 60 trabajadores y trabajadoras. La Comunidad educativa necesita respuestas a la pregunta de ¿dónde está el dinero de nuestro Pla Edificant?. Es indignante que tengamos que estar en estas condiciones. Es que estamos mucho peor que cuando empezaron», explica Rosana Súñer Romero, directora del Roís de Corella.
Precisamente esta semana está prevista una visita del alcalde de Gandia, José Manuel Prieto, acompañado de técnicos del Ayuntamiento para comprobar de primera mano la situación. Tanto el alcalde Prieto como la concejala de Educación, Esther Sapena, han pedido igualmente respuestas a los responsables de la Dirección General de Infraestructuras y de la Conselleria de Educación. «Pero allá parece que no saben ni de que los estamos hablando», ha indicado Súñer.
«Es inaceptable. Hemos pasado demasiado tiempo esperando y ya hemos comprobado que si no nos movilizamos, podemos estar esperando dos años o más sin que cambie absolutamente nada. Al contrario, que todo allá vaya todavía a peor deteriorándose. Y no lo consentiremos porque no es digno, no es justo y ni siquiera es seguro para nuestros hijos e hijas», ha indicado Almudena Escrivá, presidenta de la AFA.
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