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La regresión que sufre la costa valenciana vuelve a mostrar su peor cara en la localidad de Tavernes de la Valldigna. En tan sólo unas ... semanas, el mar ha engullido toneladas de arena y ha dejado un escalón de casi metro y medio de altura, lo que dificulta en gran medida el acceso a muchos bañistas de la población.
Esta situación, además, ha obligado a los gerentes de uno de los dos chiringuitos de la playa a tener que cerrar el local y a desmontarlo un mes antes de que finalice la temporada estival, con las consecuentes pérdidas económicas para el negocio y la destrucción de varios puestos de trabajo.
La playa de Tavernes sufre los efectos de la regresión desde hace varios años, pero cada temporada que pasa los efectos son más dramáticos para este tramo de la costa de la Safor. En esta población, tradicionalmente ha perdido arena el tramo de La Goleta, en la parte norte, pero los efectos del aumento del nivel del mar y del fuerte oleaje llegan ya a la parte sur, incluso en la parte donde no hay edificaciones, como indicó ayer el concejal de Urbanismo, Josep Llàcer.
El edil nacionalista lamentó esta situación y explicó que en la última semana de agosto la "situación ya era crítica en el tramo de Padur", la zona sur de la playa. "Vino una inspección de Costas a visitar el chiringuito para ver en qué estado estaba la playa y comprobaron que las olas ya llegaban al local", precisó.
Ante esta situación, los responsables del local "decidieron iniciar el desmontaje". "Tenían el permiso hasta el mes de octubre, pero vieron que el mar llegaba al local y que peligraban sus enseres de trabajo, por lo que optaron por poner fin a la campaña de verano", relató Llàcer.
Esto no es la primera vez que ocurre, el pasado año, ya a mediados de agosto, un local tuvo que cesar su actividad por los mismos motivos. En esta ocasión, no sólo ha llegado el agua del mar, sino que la fuerza del mar ha creado un escalón que dejaba al local casi subido en un pedestal, prácticamente inaccesible para los turistas.
Esto, además, hacía peligrar la instalación, por lo que los dueños tuvieron que desmontar a marchas forzadas. Aún así, según ha podido averiguar este periódico, muchas de las tablas del local ha sido desplazas por el agua a otros tramos de la playa y hay jóvenes que las utilizan para echarse y tomar el sol.
Llàcer reconoció que la situación en Tavernes es "muy dura" y recordó que se encargó un estudio a la Universitat Politècnica de Valencia (UPV), que elabora el profesor Vicente Esteban Chapapría, para determinar, por escrito, cuáles son las causas de la regresión que sufre Tavernes y poder a las administraciones responsables que actúen y costeen los daños. Llàcer dijo que todos los males vienen desde que se creó el espigón del Júcar en Cullera.
Para el PP de Tavernes, el gobierno local "llega tarde una vez más". "Hace tres años pedimos en un pleno que denunciaran ante Costas esta situación y reclamaran soluciones. Ahora están esperando un estudio mientras la playa va desapareciendo, cada año con más consecuencias", dijo la portavoz, Eva Palomares. Lamentó, además, que cuando piden reuniones con el alcalde, Sergi González, no se las dan alegando que no está el estudio.
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