Ó. DE LA DUEÑA
GANDIA
Viernes, 1 de marzo 2024, 13:58
Dos agentes de la Policía Local son los responsables de que un hombre conserve la vida en Gandia. Rafael Chaveli y Daniel Martínez son los efectivos del cuerpo de seguridad local que acudieron a una pelea el sábado 24 de febrero y se encontraron con una escena «que podía haber acabado en un crimen», como ellos mismos han descrito. «Si tardamos un minuto más, un hombre hubiera muerto cosido a puñaladas», han afirmado los agentes, es más, han agregado, «de cuatro puñaladas que recibió, hubiera recibido diez o doce, ya que cuando intervinimos la víctima mostraba síntomas de agotamiento de defenderse».
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«El aviso del suceso entró por la central. Dos hombres se están acuchillando en la plaza Alqueria de les Flors de Gandia. Se dio parte a la patrulla encargada de la zona, pero ante la gravedad del suceso decidimos ponernos en marcha y acudir al lugar del suceso», ha indicado Chaveli. Este agente de 50 años estaba en su despacho, es inspector de servicio de la Policía Local de Gandia y estaba realizando sus tareas habituales.
«No lo dudé un momento, ante la gravedad del aviso recibido me dirigí al aparcamiento para coger un vehículo. En ese momento, llegó Daniel y los dos hicimos patrulla y fuimos a Alqueria de les Flors», ha agregado Chaveli. Daniel Martínez, de 53, es el agente asignado en los barrios de Santa Anna y Beniopa y no dudó en acudir al retén, por la cercanía, al oír el aviso.
«La central de Policía Local está a menos de 500 metros y en ese momento sólo pensamos en ir a ver qué pasaba. Sabíamos que dos personas se estaban acuchillando y que al menos una decena de vecinos estaban en la calle viendo lo que sucedía», ha relatado Chaveli. El agente Martínez cogió un coche y Chavelí se montó con él.
El aviso había entrado a las 11.40 horas del sábado y a las 11.45, los efectivos ya habían llegado al lugar del suceso. «No pensamos en nada, sólo en que teníamos que actuar ante lo que vimos al llegar», ha contado Martínez. El primero en bajarse del vehículo fue Chaveli: «Me acerqué y detrás de los vehículos vi una masa humana en movimiento, bañada de sangre. No sabía que pasaba, sólo que había cuchillos, pero en ese momento desconocíamos qué ocurría».
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Chaveli se acercó: «En esos momentos actúas con celeridad, pero con precaución. Todo estaba lleno de sangre, por lo que accedí a la escena con mucho cuidado, no sabía si eso podía acabar en homicidio y hay que salvaguardar las pruebas. Aún así, a toda prisa me abalance sobre una persona que vi que estaba clavando un cuchillo sobre otra. Con la porra lo neutralice».
Fue en ese momento cuando llegó Martínez, que había dejado ya el coche patrulla. La actuación del compañero fue clave, ya que Chaveli inmovilizó al agresor, que ya habían visto que era quien asestaba las puñaladas, y Martínez lo cogió y lo apartó de la escena. Fue en ese momento, cuando acabaron de comprobar que una persona «quería acabar con la vida de otra».
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«La víctima estaba en el suelo, derrotada, no podía más. Todo estaba lleno de sangre. El agredido, de 60 años, se había intentado zafar de las puñaladas mientras tenía fuerzas por eso recibió heridas en el cuello, la espalda, la muñeca y el pecho, precisamente esta fue la primera puñalada que recibido», han agregado los agentes.
Todo indica que el agresor, han apuntado los efectivos, estaba esperando a su víctima, que era el nuevo novio de la expareja del primero. El agresor tenía una orden de alejamiento hacia la mujer y su pareja, el hombre agredido. De hecho, de las investigaciones de los agentes se desprende que el agresor abordó a su víctima de forma inesperada: «Fue por detrás y le clavó el cuchillo en el pecho, el esternón impidió que herida fuera mas profunda. A partir de ahí, cayeron al suelo y empezó la pelea».
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Ambos agentes no dan importancia a su actuación. «Cuando hay un suceso y la gente corre hacia un lado, los policías corremos en dirección a donde está el peligro», han afirmado. Y eso hicieron, actuaron con «coherencia, proporción y oportunidad». «En estos casos hay que decidir deprisa cómo actuar, pero calibrando muchos factores para que la intervención sea óptima», ha precisado Martínez.
Todo lo relatado ocurrió en un minuto. Al poco de separar a los dos hombres y ver cómo el arma, un cuchillo, quedaba apartada de la escena, llegó otro coche patrulla, Policía Nacional y varias ambulancias. «El equipo sanitario lo dejó claro, salvó la vida por segundos. La víctima llevaba una jersey y una chaqueta, lo que impidió que las heridas fueran más profundas, aún así alcanzaron los tres centímetros. Cuando los separamos, el agredido estaba abatido, si no los separamos, el agresor habría seguido dándole puñaladas, llegado a diez o doce y acabando con su vida».
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