Borrar
Urgente La Bonoloto de este viernes entrega 785.104,95 euros a un único afortunado en uno de los paseos más emblemáticos de España
El Papa Francisco.
El Papa arremete contra la cultura del «descarte» de los ancianos

El Papa arremete contra la cultura del «descarte» de los ancianos

"Son un tesoro precioso: descartarlos es injusto y una pérdida irreparable", asegura Francisco en su cuenta de Twitter

agencias

Martes, 17 de junio 2014, 14:32

El Papa ha arremetido de nuevo contra la cultura del descarte y ha expresado que los ancianos son un "tesoro precioso" a través de un tuit en su cuenta @pontifex. "A veces descartamos a los ancianos, pero ellos son un tesoro precioso: descartarlos es injusto y una pérdida irreparable", ha afirmado.

La suma de las cuentas oficiales que el papa Francisco (@pontifex) tiene en nueve idiomas en la red social Twitter ha superado la cifra de catorce millones de seguidores y la más seguida es la de lengua española. En tan sólo dos meses, la suma de las cuentas del papa han aumentado en un millón de seguidores, ya que el 16 de abril llegaban a la cifra de 13 millones.

La más seguida es la cuenta en español con un total hasta hoy de 5.940.579 usuarios, y le sigue la escrita en inglés (4.150.460 seguidores), en italiano (1.753.396), en portugués (1.068.482). Además su cuenta se publica en latín, polaco, francés, árabe y alemán.

La cuenta del papa fue inaugurada en diciembre de 2012 por el papa Benedicto XVI. El 28 de febrero de 2013, cuando el papa Ratzinger anunció su renuncia al pontificado, el número de seguidores era de tres millones. La cuenta fue suspendida durante la Sede Vacante, el período de tiempo entre la renuncia de Benedicto XVI y la elección de Francisco (13 de marzo). Finalmente fue rehabilitada el día 17 de marzo, ya bajo el nombre del pontífice argentino.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias El Papa arremete contra la cultura del «descarte» de los ancianos