antonio corbillón
Miércoles, 11 de febrero 2015, 11:17
A pesar de su juventud, la vida de Guillermo Bárcenas (Madrid, 1989) se ha convertido en una permanente escalada a las altas cumbres, con su consiguiente descenso a la cruda realidad. A finales de marzo de 2012, cuando su padre y extesorero del PP, Luis Bárcenas, fue imputado por fraude fiscal, ambos lo celebraron practicando heliski en Armenia, un deporte de invierno que consiste en subir en helicóptero a elevados picos para bajarlos esquiando. La experiencia les costó 7.000 euros por cabeza y Guillermo publicitó las imágenes en las redes sociales. Cuando su padre abandonó la cárcel, el pasado 22 de enero, después de año y medio entre rejas, Willy Bárcenas cambió su imagen en Facebook. Ahora está sobre la cima de una montaña con los brazos extendidos en señal de triunfo. Puede justificar la alegría por la libertad paterna, pero no parece una metáfora de su vida personal.
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Willy Bárcenas ha buscado en la música una vía de escape a la caída en desgracia familiar y personal, al duro abismo de llevar un apellido apestado. Ahora ha presentado en el pub Hoyo 19, en la calle Alcalá de Madrid, Tres tequilas, el disco que ha grabado con su nueva banda, Taburete, y que estará a la venta a mediados de febrero. Una promoción que se completará con otro bolo, el día 20, en la afamada sala Caracol. "Cuando mi padre ingresó en prisión, la música se convirtió en una válvula de escape. El mundo se me vino encima, pero gracias a mis amigos y a las canciones que iba componiendo nadie consiguió borrarme la sonrisa de la cara. Era una forma de decir: que les jodan. Que les jodan a los que piensan que soy lo suficientemente pijo como para merecer lo que me está pasando. Que les jodan a los que se creen con derecho a difamar a mi familia porque han leído en un periódico que Luis Bárcenas es el causante de la crisis. Que les jodan a los que intentan que mi padre pague el pato del PP tras veinte años de irregularidades...", explica a la revista Vice, la única a la que ha concedido un rato de su tiempo.
La sensibilidad musical le viene de atrás. Hijo único de Luis Bárcenas y Rosalía Iglesias (el extesorero tiene otro varón de su primer matrimonio), Willy estudió Dirección de Empresas en el ICADE de la Universidad Pontificia Comillas. Con fama de juerguista y sin formación musical ("apenas sé tocar ocho acordes"), el canal YouTube ofrece un amplio muestrario de sus limitadas posibilidades. Bajo el seudónimo de Potabolsas, aparecen sus grabaciones como Willy MacPolvings junto a Los Jardineros, su primera banda. Con una temática muy futbolera y vestidos con las camisetas de La Roja, llegaron a componer el Himno de la Eurocopa 2012 en el programa Punto Pelota, dirigido por Josep Pedrerol en la cadena Intereconomía.
«Obedecía órdenes»
Ese fue su último año de abundancia. Cuando los titulares de prensa comenzaron a cercar al extesorero del PP, su hijo decidió poner distancia y se marchó a estudiar un exclusivo curso de cine a la New York Film Academy. Luis Bárcenas ingresó en Soto del Real el 28 de junio de 2013 y en ese momento decidió regresar a Madrid. Mientras los españoles se familiarizaban con la grafología paterna y sus apuntes contables, Guillermo y su madre sufrieron el asalto de su piso en Madrid, donde un hombre vestido de cura y armado con una pistola les reclamó los discos duros con la documentación. Fue Willy quien logró despistarlo y llamar a la policía para que lo redujeran. "Se ha dicho que este señor estaba tronado, pero a mí me dio la sensación de que lo tenía todo muy bien planificado (...). Estoy seguro de que obedecía órdenes", asegura a Vice.
2014 puede ser el año del fin de la crisis, pero no para los Bárcenas. A pesar de su formación, la alta sociedad que frecuentó con su padre le rehúye, nadie le da trabajo y los bancos no le dejan ni abrir una cuenta para evitar cualquier relación con su apellido. Su última novia conocida era Carla Figueroa Domecq, nieta de la condesa viuda de Romanones. En el entorno de esta familia de abolengo han recibido con alivio la ruptura de su relación.
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En Taburete se ha unido a su amigo Antón Carreño, nieto del expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán, que ha compartido la cárcel de Soto del Real con su padre. Ambos tocan la guitarra y definen su estilo como "electro chotis con toques new age pero tranquilito". En Hoyo 19, un local con capacidad para unas 100 personas, incidían ayer en que "el evento lo mueve la banda en exclusiva para demostrar que, a pesar de su apellido, Guillermo va a su rollo". Huérfano de datos biográficos para no dar pistas, en su perfil de Facebook se define con una cita de Groucho Marx: "Estos son mis principios. Si no te gustan tengo otros".
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