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Rima Habib Karaki es muy coocida en su país, Líbano, donde presenta un programa en la televisión, escribe y da clases en la universidad.
La periodista que hizo callar al imán

La periodista que hizo callar al imán

Rima Karaki dio por terminada la entrevista cuando el clérigo islamista perdió los papeles. «No tiene el nivel suficiente, es una mujer»

irma cuesta

Lunes, 16 de marzo 2015, 13:20

De poco le sirvió a la periodista libanesa Rima Karaki mostrar su mejor cara y tomar toda suerte de precauciones, como colocarse con esmero el pañuelo sobre la cabeza en señal de respeto hacia su invitado: la entrevista al clérigo islamista radicado en Londres Hani Sibai acabó como el rosario de la aurora en la cadena de televisión Al Jadeed.

Las cosas se torcieron cuando el doctor Sibai, al que Rima había preguntado sobre los métodos yihadistas para reclutar a cristianos en Siria e Irak, contestó remontándose al principio de los tiempos y ella le invitó a ir al grano. "Oiga, no me corte. Contestaré como me plazca", le espetó indignado mientras la presentadora, tratando de guardar las formas, le hablaba del poco tiempo de que disponían y le reprochaba su mala educación: "O aquí impera el respeto o se acaba la entrevista". Pero, si lo que pretendía era templar el ambiente, consiguió justo lo contrario: Karaki dio por terminada la conversación cuando, segundos después, ya preso de la ira, el imán le recriminó: "Usted no tiene nivel suficiente para entrevistarme. Usted es una mujer".

Es probable que la veterana periodista, graduada en economía por la Universidad Americana del Líbano (LAU) y máster en Gestión y Liderazgo por la Universidad de Beirut, nunca imaginara que su disputa en directo la convertiría en cuestión de horas en un icono mundial de la lucha por la igualdad. "Si no le hubiera respondido me odiaría a mí misma, y no quiero odiarme", ha contado al periódico británico The Guardian, donde explicaba que había invitado a Sibai a su programa porque cree en el diálogo constructivo, "independientemente de los antecedentes de la persona", y trataba, sin conseguirlo, de quitar importancia al altercado.

Hasta ayer, el vídeo de la entrevista había cosechado más de ocho millones de visitas en YouTube. Una expectación que sigue creciendo después de que el imán Sibai haya exigido, a través de su cuenta de Twitter, una disculpa a la cadena de televisión libanesa y acusado a Karaki de ser imparcial y de presentarle ante el mundo como un fundamentalista amigo del líder de Al Qaeda Ayman al-Zawahiri: "¡Como si la amistad con el doctor Zawahiri fuera un insulto! Estoy orgulloso y todo musulmán está orgulloso de él". También trata de justificarse y asegura que la instó a callarse porque parecía que un "demonio se había apoderado de ella".

Pero Rima Karaki no parece dispuesta a disculparse. "Algunas personas piensan que los hombres tienen derecho de nacimiento para controlar a las mujeres, pero hay un montón de mujeres que están rompiendo esta imagen y una gran cantidad de hombres que las apoyan. No me siento como un héroe; me siento como un hombre o una mujer que se respeta a sí misma", ha dicho la joven, que un buen día abandonó un prometedor puesto en el Banco Central de su país para convertirse en una estrella de la televisión.

Entre políticos y corruptos

Casada y madre de dos niños, Rima había acompañado a unos amigos a una reunión cuando el director de la televisión Al Jadeed, Antonine Remi, la propuso hacer una prueba de cámara. "Me reclutó de inmediato", cuenta en una entrevista publicada en su país, en la que explica que fue una niña tímida que en su interior sentía suficiente fuerza como para comerse el mundo: "El típico niño que parece ingenuo, pero que en realidad sabe más de los demás que ellos mismos". Por aquel entonces, la mujer que acaba de convulsionar las redes sociales soñaba con convertirse en juez: "Esa profesión podía curarme de ese síndrome que me hacía vacilar, podía enseñarme a tomar decisiones lógicas".

Pasados los años, se ha convertido en una periodista de éxito que aborda en sus programas temas como la religión, la política o el sexo, en un país en el que ninguno de ellos es bien recibido. Rima también es escritora y profesora de universidad.

La mediática defensora de los derechos de la mujer no tiene problemas en proclamar que la objetividad "es una gran ilusión, un cliché que no es humano". De lo que se trata, asegura, es de ser "lógicamente subjetivos, razonablemente subjetivos... y mantener la calma". Lo dice mientras reconoce que en su país los medios de comunicación se están convirtiendo en campos de batalla donde se fomenta el sectarismo y se alimentan mentes estrechas. "Hablan de ser libres cuando estamos atrapados como gatitos en manos de los políticos y los corruptos", asegura sin esconder que, en medio de esa guerra, ella se siente poderosa.

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