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J. Luis Álvarez
Sábado, 21 de marzo 2015, 22:45
Por Tutatis, por Belenos y ahora por Chalie Hebdo. Astérix, el pequeño guerrero galo, sale en apoyo de los damnificados del atentado yihadista contra la redacción de la revista satírica francesa. Una plancha original del álbum de Astérix Los laureles del César se vendió este sábado en la sede parisina de Christies por 150.000 euros, dinero que irá destinado en su integridad a las víctimas, dado que la sala de subastas no obtendrá ninguna comisión de la venta.
La plancha corresponde al álbum número 18 de las aventuras del guerrero galo, que fueron publicadas en 1971. La misma fue tasada por los expertos de la sala de subastas entre 150.000 y 200.000 euros. Se trata de una de las planchas que se utilizaron para la impresión francesa del cómic y en sus nueve viñetas aparecen los dos irreductibles galos, el héroe Astérix y su inseparable amigo y repartidor de menhires Obélix, en las calles de Roma. Está previsto que en los próximos días el dibujante Uderzo, uno de los padres de Astérix junto al guionista ya fallecido, y añorado, René Goscinny, dedique la plancha al comprador.
Dos días después del atentado yihadista del 7 de enero pasado contra la redacción de Charlie Hebdo, Uderzo dedicó una viñeta del pequeño guerrero galo a los muertos del semanario.
Y es que desde que un ya lejano 29 de octubre de 1959 vieran por primera vez la luz las aventuras de Astérix el Galo, los habitantes de la pequeña aldea ubicada, según los mapas que muestran todos los ejemplares, al noroeste de la Galia han luchado por la libertad de su pueblo, contra la injusticia y contra la opresión, en ese caso ejercida por Roma con las legiones acuarteladas en los célebres campamentos de Babaórum, Acuárium, Láudanum y Petibónum.
Si como entonces se decía al inicio de cada aventura de Astérix «estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor...», Uderzo ahora hace que el pequeño galo se identifique con las víctimas de los atentados con un «yo también soy Charlie».
En la viñeta Astérix despacha de un puñetazo a un individuo del que solo se ven los pies y unas babuchas. «Charlie Hebdo y Astérix no tienen nada que ver, por supuesto. Simplemente quiero mostrar mi amistad por esos dibujantes que pagaron (sus ideales) con su vida», explicó Uderzo.
A falta de poción mágica y de un druida como Panoramix que la prepare para derrotar a las patrullas romanas, para que Obélix pueda empujar una galera como si tuviera un motor fueraborda o para hundir el barco de los piratas, Astérix/Uderzo defiende ahora la libertad de expresión, algo que el César limitaba en las Galias y que ahora es un derecho inalienable de la sociedad.
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