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irma cuesta
Lunes, 11 de mayo 2015, 21:19
Cuando George Lucas decidió que Carrie Fisher era la adecuada para interpretar a la princesa Leia Organa en la trilogía inicial de La guerra de las galaxias, muy pocos sabían quién era aquella jovencita afortunada. Antes de colocarse la túnica y encandilar al mundo liderando al ejército rebelde, Carrie había hecho un cortometraje, una película para televisión y un pequeñísimo papel en Shampoo, con Warren Beatty como protagonista. Treinta y ocho años después, Daisy Ridley (Londres, 1992) va camino de convertirse en un fenómeno similar. Daisy acompañará a la propia Carrie Fisher y al mítico Harrison Ford en Star Wars VII, El despertar de la fuerza, después de haber protagonizado un corto (Blue Season), participado en una película (Scrawl) e interpretado algún que otro papelito en series de televisión de segunda fila.
El asunto no tendría más importancia si no fuera porque el ejército de seguidores de Star Wars que puebla el mundo suma ahora, a su preocupación por la concentración de midiclorianos de la princesa Leia, la imposibilidad de bucear en la vida de quien podría convertirse en su hija en los próximos capítulos de la saga. Y es que, en el mismo momento en que trascendió que Daisy Ridley se convertiría en coprotagonista, sus perfiles sociales desaparecieron como por arte de magia extendiéndose sobre la actriz londinense un halo de misterio. Esa intriga que tanto gusta a los creadores de todo lo que tiene que ver con el "universo expandido".
Una portada de hace solo unos días en Vanity Fair firmada por Annie Leibovitz, y un par de trailers en los que la joven aparece con una túnica gris y empuña una especie de bastón mirando al nuevo robot BB-8 en lo que parece ser la aldea en la que vive, es casi todo lo que se sabe sobre su papel en la película. Eso, y que su nombre será Rey, su planeta de procedencia Jakku y su afiliación, posiblemente, la resistencia. La actriz, que interpretará a un personaje solitario e independiente, comenzará su aventura como limpiadora en una nave, se hará llamar Kira y podría, según apuntan los rumores, ser un producto del romance de Leila y Han Solo. Ella, hasta el momento, solo ha dicho que, "aunque los personajes se encuentran en una galaxia muy, muy lejana, los espectadores pueden sentirse identificados con su viaje". Poca cosa.
Familia numerosa
Especulaciones al margen, lo único seguro es que lleva poco más de dos años dedicada a la interpretación después de salir de la escuela de artes Tring Park, una prestigiosa academia británica en la que se han formado actrices como Lily James o Jessica Brown-Findlay, la famosa Lady Sybil Crawley de la serie Downton Abbey.
Daisy es la menor de cinco chicas. Tiene dos hermanas, Kika-Rose, que trabaja como modelo para la agencia Models 1.4, y Poppy, además de otras dos hermanastras de un matrimonio anterior de su padre, el fotógrafo Chris Ridley. La familia de la nueva estrella de La guerra de las galaxias la completa su madre, Louise Fawkner-Corbett, directora de publicidad.
En su vida amorosa tampoco hay mucho donde rascar. Según parece, esta joven de ojos claros y 1,70 de estatura sale desde hace algún tiempo con el también actor Charlie Hamblett, otro muchachito con una incipiente carrera que, al menos hasta el momento, no ha tenido la suerte de ser bendecido por la Fuerza. De hecho, a la espera de su gran oportunidad, Charlie solo exhibe en su currículum un papelito en la serie Babylon.
Aparte de estos apuntes, nada sobre cuánto llevan saliendo, ni sobre los planes de futuro de la pareja. Y es que, horas después de conocerse que Daisy formará parte del elenco de El despertar de la Fuerza, su portfolio fue retirado de Youtube y Vimeo y su cuenta de Twitter (@daisyjazz) pasó a mejor vida sin dejar rastro. Un perfil en Instagram, que ni siquiera es seguro que sea de ella, es todo lo que queda. Antes de cerrarlas, eso sí, la actriz dejó constancia de sus dotes para la música -adora el jazz- y el baile, así como de su capacidad para fingir todos los registros de acento inglés que existen. También de lo mucho que le gusta nadar.
Hace solo unos meses, Ridley firmó un contrato con Creative Artists Agency, una firma con sede en Beverly Hills, referente desde hace más de una década en la gestión de nuevos talentos de la industria del cine. En solo dos años, ha pasado de actuar en las performances que le proponían en la academia a compartir agencia con algunos de los más famosos actores de Hollywood y acaparar la atención de la legión que desde hace años sigue cualquier información que huela a Star Wars.
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