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Martes, 2 de junio 2015, 12:21
La sexualidad ha pasado de ser un tema totalmente tabú a ser algo aceptado en la sociedad, y de hecho, ahora ocupa un lugar importante en todas las esferas de la vida.
Los humanos somos seres sexuales. Pero la sexualidad es mucho más que la atracción sexual o las relaciones humanas.
Varios términos han surgido desde que el sexo dejó de ser un tema tabú en nuestra sociedad. Antes desconocidos por completo, estas nuevas palabras recogen significados que antes no existían para nosotros, como por ejemplo la demisexualidad.
Pero, ¿qué es en realidad? ¿Se trata de una condición física? ¿Es una orientación sexual? El término está estrechamente relacionado con la asexualidad, aunque hay diferencias.
Según el portal 'Demisexuality Resource Center', la demisexualidad no es una condición física o clínica. Se trata de una orientación sexual que, igual que el resto de ellas, no es una opción escogida por la persona en cuestión, sino algo mucho más profundo, una forma de ser.
Una persona demisexual se define por no sentir interés ni desarrollar deseo sexual por otras personas a menos que tenga con ellas un fuerte vínculo emocional. La mayoría de los demisexuales sienten raramente atracción sexual por otros en comparación con la población en general, y otros directamente no están interesados en el sexo.
El término está estrechamente relacionado con la asexualidad, pero es diferente en cuanto los demisexuales sí son capaces de sentir deseo sexual, aunque sea en menos ocasiones que la media, contrariamente a los asexuales que no son capaces de sentirlo.
Hay que remarcar que en el caso de los demisexuales, esta orientación no es una elección racional escogida por ellos, sino la forma en la que son. Hay que diferenciarla de situaciones en las que una persona escoge un tipo u otro de vida (por ejemplo, la abstinencia). La demisexualidad está relacionada con el deseo sexual, que es incontrolable, y para nada con la toma de decisiones racionales.
También hay dejar claro no se trata de que estas personas no sientan placer durante el acto sexual, sino que no sienten deseo ni interés en el sexo hasta que no crean un vínculo emocional fuerte con la otra persona.
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