Paco Huguet
Sábado, 13 de junio 2015, 00:32
La Comunitat Valenciana lleva más de una década reclamando un nuevo sistema de financiación. Esta autonomía recibe, con 5 millones de habitantes desde hace ya años, el mismo presupuesto que a finales de los 90, con un millón menos de residentes empadronados. Pero es que, además, los grandes núcleos costeros, auténticas capitales del turismo español que hace 150 años eran pueblos pesqueros de pequeño o mediano tamaño, también reclaman al Gobierno que se les reconozca su población de hecho, la que no viene reflejada en el padrón: decenas de miles de personas que viven allí de forma permanente. No están inscritas pero sí requieren servicios de recogida de basuras y limpieza en calles, consumo de transporte municipal y seguridad en forma de agentes de policía local.
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Hace unas semanas, en plena campaña por las elecciones el ministro de Turismo, José Manuel Soria, anunciaba en Torrevieja que el Gobierno ahora sí que podría tramitar su reconocimiento, y el de Benidorm, como municipios turísticos. Esto supondría una compensación económica para los ayuntamientos. Tras una década de reivindicación ya histórica, «ahora que la situación (económica) es un poco más desahogada» sí que se va a «proceder en justicia a ese reconocimiento».
La llamada capital del turismo de la Costa Blanca, Benidorm, tiene empadronadas a 69.010 personas, pero se calcula que la población real oscila entre 150.000 personas todo el año y 400.000 en verano.
El alcalde de Benidorm, Agustín Navarro (PSOE), ha comentado que la ciudad necesitaría 100 policías locales para una población de 75.000 habitantes, pero requiere de hasta 270 para cubrir el volumen de turistas y población flotante.
Así, en la ciudad de la Comunitat con más rascacielos viven en números redondos una media aproximada de 243.000 personas. Eso significaría que supera la población censada de 43 de las 50 capitales de provincia españolas además de Ceuta y Melilla, igualaría a Palma de Mallorca y Las Palmas y estaría por encima de todos los grandes municipios de Madrid y Barcelona, con excepción de sus capitales.
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La Ley de Haciendas Locales no reconoce a Benidorm como municipio turístico, porque el número de viviendas de segunda residencia no supera al de primeras. La normativa no contempla las 40.000 plazas hoteleras de la ciudad alicantina, la tercera de España con mayor capacidad en hoteles tras Madrid y Barcelona.
Con Torrevieja, algunas fuentes también hablan de que cuadruplica su población: de los entre 90.000 y 100.000 empadronados entre los que oscila los últimos años a alrededor de 400.000.
Gandia es otro ejemplo. Cuenta con 77.500 habitantes empadronados, pero se calcula una población flotante mínima de entre 100.000 y 120.000 personas y de hasta 320.000 habitantes en verano, según los cálculos más elevados.
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Josep Vicent Just, concejal de Playas, matiza que el Ayuntamiento de Gandia baraja «picos de 300.000 personas en los fines de semana alrededor del 15 de agosto». Con 8.000 apartamentos en la playa y 5.500 plazas hoteleras, en temporada media la población real oscila de 130.000 a 150.000 y en verano se eleva a un mínimo de 250.000. «Debemos intensificar el servicio de limpieza, hasta el doble y el triple. En verano se hace doble recogida de basura, por la tarde y por la noche», argumenta.
Agravio con Dénia
En Cullera se llega a hablar de 200.000 residentes reales en los meses estivales, frente a los apenas 22.500 empadronados.
Con Dénia, otro de los buques insignia del turismo valenciano, ocurre algo parecido. Pasa de los 43.000 empadronados, a picos de 180.000 personas en verano, según apunta Francisco Signes, regidor de Servicios y Mantenimiento. «Lo calculamos en toneladas de basura y en consumo de agua», aclara.
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Dénia sostiene que su población real nunca baja de la barrera 50.000 personas. Si se reconociera esta cifra tendría un tratamiento diferente a nivel presupuestario, «con más ayudas» económicas y cambios en el sistema organizativo.
En la provincia de Castellón, se considera que Benicàssim pasa de sus apenas 18.000 residentes a alrededor de 60.000.
Según estos cálculos, sólo estos seis municipios (Cullera, Gandia, Benicàssim, Dénia, Benidorm y Torrevieja) sumarían una población extra de 1,2 millones de habitantes, al pasar de una población empadronada de 322.000 a cerca de 1,5 millones de personas en verano.
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El Gobierno, sin embargo, sólo reconoce la figura de 'población vinculante no residente'. El año pasado, y por primera vez, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó cifras similares a lo que sería población flotante: personas que no residen pero sí trabajan o estudian y personas que pernoctan al menos 14 días al año en un municipio.
Así, y con datos correspondientes a 2011, el INE registró 976.614 personas de población vinculada que pernoctó más de 14 noches, sólo en los municipios de la Comunitat de más de 10.000 habitantes. La cifra no coincide con la de turistas o población extra, porque miles de vecinos de Valencia, por ejemplo, pueden pasar 15 días en sus segundas residencias de Dénia, Cullera, Sueca, Benicàssim...
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El INE otorga a Benidorm 125.678 personas que pernoctaron más de 14 noches en 2011, al margen del censo. A Torrevieja 97.000, a Alicante 80.000, a Valencia 77.000, a Gandia 52.000, a Santa Pola 48.000, a Dénia 44.000, a Cullera 34.000, a Benicàssim y Guardamar del Segura 30.000, a Calpe 25.000 y 20.000 a Orihuela y Xàbia. Estas cifras sin embargo, apenas son una referencia, porque Benidorm, Gandia y Torrevieja puede concentrar hasta 300.000 personas o más al mismo tiempo, pero sin que lleguen a permanecer más de una semana.
Otras poblaciones que tienen elevadas cifras de visitantes (más de 14 noches), en relación a su población empadronada, son Oliva (16.400 más), San Juan (14.000), Vinaròs (11.000), Sueca (10.400), Altea (10.000), Villajoyosa (9.000), Burriana (4.000) y Teulada (3.200), además de otros municipios con importante número de segundas residencias: Llíria (5.700), Chiva (4.200) y Bétera (3.000).
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Si se suman la población recibida por las ciudades y pueblos costeros, el INE reconoce una presión de 875.000 visitantes que duermen más de 14 noches en algún municipio valenciano, ya sean procedentes de dentro de la propia Comunitat, turistas del resto de España o extranjeros.
En temporada media y alta, son auténticas macrociudades. Los 322.000 vecinos empadronados en Benicàssim, Cullera, Gandia, Dénia, Benidorm y Torrevieja se convierten, según los cálculos más elevados, en un millón y medio en verano. Es decir, la población real se quintuplica.
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Se suele decir que estos municipios eran pequeños pueblos pesqueros antes de la explosión del turismo de sol y playa de los 60 y 70. Su población sumaba, en el censo de 1842, apenas 25.256 habitantes. Esto significa que eran poblaciones reducidas, aunque alguna no tanto.
De mayor a menor, según su importancia actual, Torrevieja es la más grande: 92.000 personas en el padrón de 2014. En 1842 tenía apenas 3.876 almas, por los estragos del terremoto que destruyó la población en 1829. Su número de habitantes fue creciendo con la producción y comercio de sal. A principios de los 80 tenía apenas 12.000 habitantes y la explosión del turismo ha multiplicado su censo, que ha llegado a superar los 100.000 registrados, con más de un 50% de extranjeros.
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Si el padrón de Torrevieja se ha multiplicado por 23 desde 1842, el de Benidorm ha pasado de 4.502 a 69.000. Si se cuenta la población estival, se multiplican respectivamente por 89 y 103. En los años 1920 se construyeron las primeras villas vacacionales en la playa de Levante de Benidorm, propiedad de familias adineradas de Alcoy, Antes, fue una población famosa por la pesca del atún, especializada hasta las décadas de 1950 y 60 en la almadraba, arte que exportaron a Cádiz.
Algo similar ocurre con los antiguos pueblos pesqueros absorbidos en 1897 por la ciudad de Valencia. Pueblo Nuevo del Mar (hoy Cabanyal) y Villanueva del Grao (actual Grao) sumaban 12.500 personas en 1860. Hoy, el distrito marítimo acumula una población de 64.000 empadronados.
Gandia ha pasado de 5.723 a 77.500 habitantes, 13 veces más (56 en verano). En el mismo periodo, Dénia se ha multiplicado de 2.619 almas hasta 43.000. Benicàssim era en 1842 la población más pequeña de estas seis potencias del turismo actual. Contaba apenas 715 vecinos y hoy hay censados 18.000. El que menos ha crecido es Cullera. Tenía 7.821 habitantes a mediados del XIX, una cifra que demuestra su importancia histórica y su potencial pesquero y agrícola. El padrón habla hoy de 22.500 personas; es decir, 'sólo' se ha multiplicado por 2,8 desde 1842.
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