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Duelo de espadachines

Duelo de espadachines

Dos grandes maestros se batieron el pasado fin de semana en Santillana del Mar. La esgrima no deja de ganar adeptos

irma cuesta

Miércoles, 24 de junio 2015, 21:26

Michel Carliez (París, 1958) comenzó a cogerle el gusto en esos años en los que cualquier palo es una espada afilada, así que, con doce, subyugado por la historia de André Moreau, el gran Scaramouche al que Stewart Grange dio vida en el cine, ya estaba recibiendo clases soñando con que, algún día, lo mismo él podría verse obligado a vengar la muerte de un amigo. Cuarenta años después Carliez ha hecho de la esgrima su forma de vida convirtiéndose, no solo en uno de los mejores especialistas mundiales de cine, sino en un gran maestro en el arte de la espada.

Michel ha doblado a Gerard Depardieu en su famoso Cyrano de Bergerac, se ha batido como Edmond Dantes en La Venganza del Conde Montecristo y se ha enfrentado a más de uno en Las Amistades Peligrosas de Stephen Frears. Él asegura que, de entre todas las películas en las que ha participado a lo largo de estos años, Cyrano ocupa un lugar preferente en su corazón. No solo porque es la historia de un prohombre francés, sino porque todo en aquel rodaje fue interesante. "Absolutamente todo lo que rodeó la grabación mereció la pena. Desde el director, Jean-Paul Rappeneau, hasta el último de los ayudantes. Además, tanto Gérard Depardieu como Vincent Pérez están, sin dudarlo, entre mis mejores alumnos".

Coreógrafo y coordinador en Puy de Foue, a Michel le han dado el Premio Henry Lagrois a la técnica cinematográfica, un galardón que se otorga anualmente a los actores, directores, fundaciones y productores cuyas películas han sido capaces de imponer una ética y una marcada expresión de curiosidad y universalidad en el cine mundial, pero, mientras acumula reconocimientos aún encuentra tiempo para mostrarle al mundo la que es su gran pasión. El pasado fin de semana, el espadachín francés hizo un alto entre tanto ajetreo, para participar en la quinta edición del Festival de Capa y Espada que se celebró en Santillana del Mar (Cantabria). Lo hizo para mostrar a quienes se acerquen a la villa medieval una técnica en la que los españoles no nos quedamos atrás: Jesús Esperanza se encargará de darle la réplica al paisano de Bergerac.

El madrileño de 55 años, que ha sido varias veces campeón de España y ha participado en tres Juegos Olímpicos (Moscú, Seúl y Barcelona), es maestro de Esgrima Deportiva por la Academia Española de Maestros de Armas; especialista en Esgrima Escénica y director de la Escuela de Esgrima Ateneo de Madrid-Barrio de las Letras. Esperanza conoce como nadie la esgrima antigua y, como su colega galo, ha colaborado con decenas de montajes teatrales además de haber dado clase a una interminable lista de actores que, de la noche a la mañana, se han visto obligados a empuñar una espada. Entre ellos Viggo Mortensen, que dio vida al Capitán Alatriste y que, afirma, atesora un lugar de honor entre sus más destacados pupilos.

Jesús Esperanza comenzó a practicar esgrima en el colegio cuando tenía doce años. "Tuve la oportunidad y me apunté a clases. Enseguida me di cuenta de que me encantaba y con el tiempo se ha convertido en mi vida". Luego llegaría la competición y más tarde el estudio. "Esto no solo consiste en saber batirse; si la carrera del maestro termina enfocada al cine o al teatro deben acumularse suficientes conocimientos de esgrima escénica antes de poder afrontar un proyecto como es debido. Se requiere un rigor histórico si lo que se pretende es hacer las cosas bien".

Está claro que los no iniciados no distinguimos, pero a los expertos como Esperanza se les ponen los pelos de punta si se confunde un combate o un duelo del siglo XVI con uno del XVIII. Lo dice quien ha supervisado media docena de obras de Lope de Vega para el teatro.

Una pelea de película

Aunque a Aitor Luna, el capitán Alatriste de la televisión, le bastaron unas cuantas horas al día durante un mes junto a Javier para desenvolverse con cierta soltura en el arte de manejar la espada, hay combates mucho más complicados. Nada menos que una semana tardaron en grabar la pelea final entre Alatriste y Malatesta en la película de Díaz Yanes.

Para hacerlo más sencillo, hoy en día hay academias que, como la Real Escuela Superior de Arte Dramático, incluyen la esgrima como asignatura obligatoria.

Y lo cierto es que no deja de ganar adeptos. Cerca de 5.000 aficionados compiten en España en la modalidad de esgrima deportiva y otras 20.000 participan en pruebas subsectoriales. A Esperanza no le sorprende que el arte en el que él es un referente nacional se esté poniendo de moda. "Es un deporte muy completo y divertido. No solo basta con estar en forma o conocer bien las normas. Uno debe practicarlo de manera inteligente. Al fin y al cabo, es el arte de ataque y defensa con armas blancas y, durante mucho tiempo, el precio por no hacerlo bien era la muerte".

Esperanza cree que ahora que los hombres no se baten ya a espada o florete, la esgrima permanece como un arte ligado a la historia y, por su puesto, al cine y a la literatura. Desde luego, nadie puede discutirle que no tenga un inmenso halo romántico.

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