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Ejercicios de electroestimulación en un gimnasio de Madrid.

Así se ponen en forma los famosos

Someter el músculo a descargas eléctricas es el nuevo modo de lucir tipo. Además del juez Marlaska lo practican Paula Echevarría, Sara Carbonero y Benzemá

julia fernández

Miércoles, 1 de julio 2015, 21:53

El juez Fernando Grande-Marlaska quema calorías seis días a la semana en la piscina. Nada 1.500 metros y allí, bajo el agua, ahoga las tensiones que le persiguen desde su despacho de presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Desde hace un tiempo, también practica "electroestimulación una vez a la semana". Es la técnica de moda entre los famosos para mantener el tipo. Se le escapa media sonrisilla mientras se lo cuenta en el chester de Cuatro a Pepa Bueno. "¿Eso que en muy poco tiempo haces muchísimo desgaste?", le pregunta ella. El magistrado asiente aunque aclara que él lo hace para aumentar la fuerza de sus piernas: "Y se nota".

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Este sistema lleva solo tres años en el mercado como método de entrenamiento, pero la lista de rostros conocidos que lo han probado no para de crecer. La actriz Paula Echevarría fue una de las primeras: contrató en abril de 2013 a Juanjo Rodríguez, entrenador de famosos, que le colocó el correspondiente traje de electrodos y cables. Estaba encantada. La técnica no tiene mucho misterio. Se trata de proporcionar descargas de intensidad controlada a los músculos para que se contraigan de forma involuntaria. Mientras esto ocurre, el usuario puede estarse quieto o moverse y multiplicar así los efectos de la sesión.

"Es una forma diferente de entrenar", apunta Fernando Troyansky. Este exfutbolista argentino conoció el sistema en 2007 mientras jugaba en el Austria de Viena. "Entonces las máquinas eran de madera". Cuando dejó el fútbol profesional pensó en montar su centro allí, pero la casualidad y su pareja española le hicieron recalar en Madrid. Su negocio, Firme20, cuenta con seis centros. "El de Barcelona funciona como un tiro". El electrofitness, que es el nombre con el que algunos han rebautizado esta técnica que se lleva utilizando muchísimos años para la rehabilitación y recuperación de lesiones, tiene tirón. Lo confirma Fernando L. Lobete, director deportivo de Beper Sports Club, un centro situado en las inmediaciones de la urbanización de lujo La Finca, donde viven algunos rostros muy conocidos del panorama social español. "De entrenar a 20 personas pasé a 40, luego a 80..." y así hasta hoy.

¿Qué es lo que atrae a tanta gente? Fundamentalmente dos cosas. La primera es la duración de las sesiones. Se habla de clases de 20 minutos, aunque algunos centros las moldean en función de las necesidades del cliente: hay quien puede someterse a un entrenamiento más prolongado y otros que con cinco minutos ya tienen bastante. En todas ellas lo realmente llamativo es que "se movilizan muchísimos grupos musculares a la vez". "Se trabajan los músculos agonistas y antagonistas al mismo tiempo, algo que no se consigue de otra forma", apunta Troyansky.

La segunda causa del boom es la promesa de resultados en poco tiempo. Algunos usuarios aseguran que notan el cuerpo más tonificado desde la primera sesión, pero los expertos no son tan optimistas. "Los cambios se ven a partir de la décima", confirma Lobete con un punto de sensatez.

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- ¿Y adelgaza?

- Con la electroestimulación conseguimos contracciones musculares más intensas y localizadas, por lo que combinado con el ejercicio incrementa el gasto energético y puede ayudar a perder grasa y ganar masa muscular de forma más rápida que con el ejercicio. Pero hay otros muchos factores que influyen y que habrían de ser evaluados antes de realizar este tipo de afirmaciones -detalla Patricia Martín Casas, coordinadora de la titulación de Fisioterapia en la UCAM de Murcia.

Fernando Lobete ahonda en este argumento: "Los milagros no existen. El 70 o el 80% de los resultados de un entrenamiento del tipo que sea dependen de la alimentación".

En el gimnasio y en casa

Una sesión de electroestimulación no resulta barata. La horquilla de precios anda entre los 25 y 70 euros, aunque muchas empresas ofrecen bonos con descuentos. En Beper, donde se pagan entre 25 y 35 por sesión, tienen una clientela bastante selecta, en parte fruto de su ubicación, a las puertas de La Finca. Hay políticos, presentadores de televisión, actores... "Este entrenamiento es ideal para ellos porque tienen poco tiempo para hacer deporte". Algunos se ponen el traje en el gimnasio; otros, sin embargo, contratan los servicios a domicilio.

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Sara Carbonero, vecina de la lujosa urbanización madrileña, reconoció el año pasado en su blog que se había apuntado a esta modalidad para ponerse a tono de cara al verano. Las fotos que colgó después en la playa en Instagram avalan que le fue bien. Como ella, hay más famosas rendidas a las corrientes: las modelos Alba Carrillo y Mar Saura, la presentadora Paula Prendes, Natalia Álvarez, ex del torero Rafi Camino, la actriz Melanie Olivares... Sí, la mayoría son mujeres, aunque los hombres también se apuntan.

Lo ideal es hacer una sesión a la semana. Si se opta por dos "hay que dejar pasar entre 24 y 36 horas entre una y otra". Y si se combina este método con la práctica de otra disciplina deportiva, mucho mejor. Esto es lo que hacen algunos deportistas profesionales como el plusmarquista jamaicano Usain Bolt, que se sometió a una terapia de este tipo en abril, o el madridista Karim Benzema, cuya imagen con el traje en su casa causó mucho revuelo por si se estaba machacando en exceso. En el Betis, equipo recién ascendido a Primera División, ya han incluido el chaleco como una herramienta más para la preparación de la plantilla.

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¿Revolución? No tanto. En la década de los 70 ya lo puso en práctica el médico Yakov Kotz con el atleta soviético Valeri Borzov, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Múnich en los 100 y 200 metros lisos. Fue el primero en recibir lo que luego se llamaron corrientes rusas. También se sometió a ellas en la misma década Olga Morozova, a la que apodaron "la tenista electrónica", la primera mujer de su país en alcanzar la élite mundial del tenis.

Ojo a la fuerza de la descarga

A partir de tres sesiones semanales "hay riesgo de sobreentrenamiento", avisan los profesionales. Y es que aunque parezca que no, exponer el músculo a descargas eléctricas no es algo inocuo. Esta técnica hace trabajar las "fibras rápidas" de los músculos, que no están acostumbradas a funcionar a intensidades elevadas, confirman algunos médicos deportivos. Esas contracciones involuntarias "incrementan los riesgos de lesión osteomuscular, cardiovascular y de otros tipos", valora Martín Casas. Por eso, también es importante regular la potencia de las descargas. "Hay gente que está dando más caña de la que se debe con la máquina", comenta molesto Lobete. La razón es que no todo el mundo que ofrece este servicio es un profesional en la materia.

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"Los monitores que se encarguen de la electroestimulación tienen que ser al menos licenciados en Ciencias del Deporte", subraya Pedro Manonelles, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte. Martín Casas apuesta también porque sean fisioterapeutas colegiados. Sobre todo si tenemos en cuenta que en muchos casos se encargan de hacer la criba de clientes que pueden someterse a este entrenamiento, y que "casi todos los adultos sufren de algún dolor, lesión o factor de riesgo". Por cierto, la electroestimulación está contraindicada para personas con cáncer, mala circulación, artritis, cardiopatías, tensión alta... "Es importante que sean rigurosos cuando rellenan nuestros cuestionarios", reclama Troyansky.

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