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Yolanda veiga
Lunes, 13 de julio 2015, 21:49
Los agricultores de Válor están preocupados por la habichuela. Con estos calores se va a echar a perder, y de eso comen sus vecinos (623, según el último censo), ahora que la construcción da menos de sí. La siembran por encima de los mil metros, en el techo de este municipio de Granada que ya está a 909. Pero ni allí arriba se han librado de la ola de calor que asfixia el país desde la noche de San Juan. La madrugada del domingo llegaron a los 27,4 grados, la máxima en lo que llevamos de este verano caliente.
"Con razón decía yo que esto no es normal". Rosario López se resguarda de la canícula tras las paredes del hostal Las Perdices. "Hasta el año pasado no teníamos aire acondicionado, lo pusimos este y lo estrenaron el otro día unos ciclistas que se alojaron. Ahora mismo no tenemos huéspedes". Quizá les ha desanimado el bochorno, que se vuelve más insoportable por inesperado. "De día calienta mucho, pero de noche siempre solía refrescar y a las nueve, cuando las moscas se acuestan, se podían abrir las ventanas. Estos días no podemos. Es muy raro".
Pero tiene explicación, un fenómeno llamado inversión térmica: "Cuando se acumulan varios días de calor, por la noche entran las brisas, masas de aire frío que pesan más y empujan el aire cálido, más ligero, hacia arriba. Eso explica que en un valle se esté más fresco abajo que en la montaña", desvelan el misterio en la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Y llaman la atención sobre otro dato, los 26,8 grados de Montalbán, en Teruel, hace cuatro noches. "Está a 907 metros, es zona minera, de montaña... A partir de los 24 grados se considera noche tropical y eso es muy raro que ocurra en Teruel. Pero ha ocurrido".
Curiosamente, Teruel tiene el récord de frío de la historia: 30 grados bajo cero en Calamocha (a 57 kilómetros de Montalbán), el 17 de diciembre de 1963. "Esa gente soporta diferencias térmicas de 75 grados. Los casi 30 de la otra noche en Montalbán son para nota, algo anormal. Y se deben también a la inversión térmica". Son 1.335 vecinos y "ni los más viejos recuerdan una madrugada así". La del domingo no se les va a olvidar porque celebraron en el pueblo una fiesta con disfraces medievales, hoguera incluida. "Están rodando una película amateur sobre una leyenda y se grababa la quema de una bruja. La gente llevaba disfraces de manga larga y doble saya, no se podía aguantar", cuenta una trabajadora del Ayuntamiento. Sobraron "la rebeca y el pañuelo al cuello, que siempre hace falta, incluso en el verano" y Protección Civil ha dado ya varios avisos por calor intenso estos días.
Los expertos de Aemet están también sofocados, pero lanzan un mensaje de tranquilidad. "Las dos semanas más cálidas del año son la de San Fermín y la última de julio. Estos valores son normales, en Andalucía estar a 27 por la noche no es raro entre mayo y octubre. Especialmente en la costa, porque se mete la humedad y no baja la temperatura". Lo extraño, advierten, es "la duración de la ola de calor", que empezó la última semana de junio y se alargará por lo menos hasta el próximo martes.
El recibo de la luz
Las olas de calor llegan casi todos los años (en 2010 no hubo) y acostumbran a durar 4 ó 5 días salvo excepciones como la de 2003, que duró 16, y la de 1976, que se prolongó durante 14. El pico de temperatura, sin embargo, se registró en 1967 y 1995, en Sevilla y Córdoba, respectivamente: 46,6 grados. Ayer en Zaragoza llegaron a los 44,5 y 37 provincias están en alerta. En Granada y Teruel es naranja, por debajo de la roja.
«Me cuesta creer que hayamos marcado la máxima. Pero si en Ugíjar, que está a siete kilómetros y es una zona más baja, siempre hace más calor que aquí...», recelan en el Ayuntamiento de Válor. Nadie les ha notificado que hayan escrito una paginita de la historia de la climatología en España, pero los vecinos dan fe de que están asados. "Abrimos las ventanas de madrugada, aunque los perros molestan un poco. Pero la ola de calor es general, tengo tres hijos en Granada y ayer me dijeron que estaban a 42 grados y un amigo se ha ido a Suiza y han llegado a 35".
En Válor, de día no es raro alcanzar los 39. Una molestia y un mal negocio, advierten en la Central Lechera Alpujarreña. "Estamos gastando mucha luz porque cuanto más calor hace en la calle, más frío necesitan las máquinas. Si normalmente pagamos mil y poco al mes, seguro que en julio llega una factura de 1.500 euros o más», hace cuentas Federico Ruiz, dueño de la empresa. Él alivia el sofoco con el aire acondicionado y son pocos los que se atreven a salir a la calle antes de las diez de la noche. "En el pueblo no se habla de otra cosa...". Hoy se esperan 34 grados de día y 24 de noche.
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