colpisa
Lunes, 19 de octubre 2015, 14:00
Un equipo de científicos e investigadores dirigidos por el escritor y explorador Miguel Gutiérrez Garitano y su hermano el fotógrafo Rafael, ha descubierto las ruinas de un importante centro ceremonial inca en los andes peruanos. Las ruinas, desconocidas hasta ahora para la ciencia y localizadas mediante una investigación que incluyó el recurso a técnicas de teledetección, estarían relacionadas con el Reino incaico de Vilcabamba.
Publicidad
Entre las evidencias descubiertas estarían las que demostrarían la existencia del rito de la Capacocha, o sacrificios humanos en la zona alta del santuario, lo que según los expertos sería un hallazgo revolucionario.
Los miembros del grupo investigador Mars Gaming Expedition han localizado además otros supuestos yacimientos entre los que destaca una necrópolis inca con decenas de tumbas situadas en cuevas. Ambos yacimientos estarían ubicados en el distrito de Vilcabamba, provincia de La Convención, departamento del Cusco; aproximadamente a 150 km en línea recta al noroeste de la ciudad del Cusco.
Cuatro años de trabajo
El proyecto (que se ha realizado bajo el paraguas y la colaboración de entidades como la empresa Mars Gaming, la Asociación Africanista Manuel Iradier, la Sociedad Geográfica Española, el Club Montisonense de Montaña y el Club de Montaña Bardulia) para descubrir las ruinas -que ha durado cuatro años- se llevó a cabo durante tres fases. La primera se basó en un estudio de las fuentes del siglo XVI y los reportes de los viajeros modernos hasta la actualidad; después tuvo lugar la prospección mediante técnicas de teledetección y finalmente tuvo lugar la exploración de las áreas delimitadas.
Entre las dificultades, explica Miguel Gutiérrez, se toparon con el fenómeno de El Niño, que adelantó la época húmeda y trajo lluvia al viaje, así como la altura a la que se encuentra la zona, cerca de los 3.900 metros, con temperaturas muy bajas. También fue difícil operar en las aldeas de la denominada Zona Roja, que por decreto del Gobierno de Perú está en estado de sitio por la presencia de la guerrilla de Sendero Luminoso y de narcotraficantes. "Las autoridades de uno de los pueblos nos dijeron que no podíamos explorar las cimas porque según nos dijeron hay minas, guerrilleros y porque el ejército tiene drones sobrevolándolas que podrían confundirnos con senderistas y matarnos", explica Gutiérrez. "Creemos esencial llevar a cabo una investigación más exhaustiva en la zona que incluya prospecciones y excavaciones y el asunto urge porque la zona está desprotegida y los yacimientos están sujetos a continuos saqueos. Además, poner en valor estos lugares supondrá un beneficio para las comunidades, pues atraerá el turismo a zonas hoy por hoy depauperadas".
Publicidad
Un importante santuario de altura
El principal hallazgo facturado por el equipo de la Mars Gaming Expedition se sitúa en una montaña de casi 5000 metros de altura sobre el nivel del mar. Se trata de la más alta del entorno y está en el área occidental de las montañas de Vilcabamba. "La geóloga del equipo, Rut Jiménez, apreció mediante imágenes de satélite una serie de recintos rectangulares que podrían corresponderse con edificios -asegura Gutiérrez-; tras estudiar la formaciones no me cupo duda de que se trataba de una típica estructura inca conformada por un edificio de 22 metros de longitud tipo kallanka, acompañado, al menos, de otros cinco edificios más pequeños situados en torno a una plaza o kancha. Se trataba de la clásica distribución adoptada por algunos centros ceremoniales".
Según explican, en el trabajo sobre el terreno pudieron fotografiar numerosos recintos rectangulares correspondientes a edificios probablemente dedicados al culto o asociados a él como tambos o posadas destinadas al alojamiento de los participantes en los ritos, además de carreteras incas, escaleras y gradas, cuevas acondicionadas, huacas -reliquias en forma de piedra tallada-, usnus -plataformas-, y numerosas tumbas en la base de la montaña. "Toda la montaña se organiza como un enorme yacimiento cuyo alcance no podemos conocer hasta que se haya llevado a cabo un trabajo arqueológico de mayores proporciones", señala Íñigo Orue.
Publicidad
Pruebas de sacrificios humanos
La importancia del yacimiento ha llevado al grupo de expertos a creer que en la montaña se llevaban a cabo rituales muy importantes y que se trataba de uno de los principales complejos sagrados del Reino Neoinca de Vilcabamba, aunque el lugar tal vez tuviera su origen en épocas anteriores; entre los ritos que se podían haber dado estaría el rito de los sacrificios humanos o Capacocha. "Normalmente este tipo de ritual -donde se sacrificaban preferiblemente aunque no únicamente doncellas vírgenes- se llevaba a cabo para prevenir hambrunas, o desastres naturales, en algunos festivales señalados o ante la muerte del Inca, por ejemplo", señala Gutiérrez. "Hemos encontrado indicios de que en esta montaña pudo darse el ritual de Capacocha, pues tenemos documentadas dos construcciones adosadas cercanas a la cima, que son idénticas a las aparecidas en el volcán Llullaillaco y que sirvieron supuestamente para preparar a los niños antes del último ritual del sacrificio; construcciones de planta rectangular que están a escasos metros de la cima. Cerca existe una plataforma de rocas donde podrían estar enterrados estos niños sacrificados. Al menos así lo creemos nosotros y creemos tener pruebas al respecto", añade el investigador, aunque reconoce que esta teoría la tendrán que demostrar los arqueólogos mediante una excavación.
Suscríbete a Las Provincias: 12 meses por 12€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.