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colpisa / afp
Martes, 8 de diciembre 2015, 10:27
El papa Francisco ha instado a la Iglesia a "a abrirse al mundo" y ha llamado a los fieles a ser artífices de la "misericordia" y "vencer el egoísmo a través del cámino evangélico" ya que, ha advertido, "no se puede ser cristiano sin ser misericordioso". Francisco ha inaugurado el Año Jubilar de la Misericordia con una misa ofrecida en la plaza de San Pedro este martes, día de la Inmaculada Concepción. Al término de la misa, el Papa ha abierto de forma solemne -con un discurso en italiano en lugar del tradicional latín-, la puerta santa de la basílica, que permanece sellada durante todo el año.
Al ritual ha asistido el papa emérito Benedicto XVI, de 88 años, con lo que la celebración se ha convertido en un momento histórico al ser la primera vez que dos papas inauguran un Jubileo. La ceremonia, a la que asistieron unas 70.000 personas, entre ellas el primer ministro italiano Matteo Renzi y el presidente de la República, Sergio Matarrella, así como representantes diplomáticos de todo el mundo, se inició con el canto "Salve Madre María" y fue transmitida en directo por televisión en numerosos países.
El primer Jubileo de la era Francisco ha estado marcado por las extraordinarias medidas de seguridad alrededor del Vaticano y en el casco histórico de Roma, reforzadas tras los atentados de París que el 13 noviembre costaron la vida a 130 personas en la capital francesa.
El «espíritu del samaritano»
El Papa, de 78 años, con el rostro serio y algo cansado, celebró primero la misa desde un altar instalado frente a la explanada ante cientos de cardenales, obispos y sacerdotes, además de fieles, muchos de ellos provenientes de toda Italia. "Hoy cruzando la Puerta Santa queremos también recordar otra puerta que, hace cincuenta años, los padres del Concilio Vaticano II abrieron hacia el mundo (...). Fue un verdadero encuentro entre la Iglesia y los hombres de nuestro tiempo", dijo. "Fue un impulso misionero" para que la Iglesia "vuelva a tomar el camino para ir al encuentro de cada hombre allí donde vive: en su ciudad, en su casa, en el trabajo", ha añadido. Francisco ha invitado a la Iglesia a recuperar el "espíritu del samaritano", para salir a proclamar la alegría del amor al mundo, el perdón y la reconciliación.
Una larga procesión de cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y laicos atravesaron la puerta y desfilaron hacia la tumba de Pedro, el fundador de la Iglesia. "Deseaba estar aquí porque se trata de un mensaje de paz que el Jubileo quiere transmitir en este momento de inestabilidad en todo el mundo", explicaba María, una mujer siciliana entrevistada por la televisión pública Rai News. "No tengo miedo, venció la emoción", reconocía por su parte una joven estudiante de la isla de Cerdeña que se disponía a hacer fila para cruzar la puerta santa. El Papa recordó que a quienes crucen la Puerta Santa durante el año del Jubileo se les concederá el perdón de los pecados.
Por la tarde, a las 19.00 horas serán proyectadas sobre la fachada y la cúpula de la basílica de San Pedro una serie de fotografías en defensa del hombre y la naturaleza; un espectáculo con el que Francisco quiere pedir el compromiso en la lucha contra el calentamiento global, coincidiendo con la en momentos en que se lleva a cabo la conferencia mundial sobre el clima en París.
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