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El 'onsen' de las termas Outariz, en la provincia de Orense. :: OUTARIZ

Agua japonesa en Galicia

Un balneario de Orense reproduce el ritual nipón del 'onsen', unos baños termales con su propia idiosincrasia

ENCARNI HINOJOSA

Jueves, 28 de enero 2016, 12:05

Introducirse en una piscina natural al aire libre. Notar el calor casi inaguantable del agua por todo el cuerpo, salvo en la cabeza, donde la nieve que cae en densos copos se derrite en el cabello con un suave seseo. Estar totalmente desnudo y compartir el baño con desconocidos de otras edades o sexo que tampoco visten prenda alguna. Y que nada importe. Sólo la paz, el confort y la magia de la naturaleza creando lo perfecto a partir de dos extremos: el calor y el frío.

Pocas experiencias ejemplifican mejor lo que en budismo llaman 'zen' que bañarse en un 'onsen' exterior. Las aguas termales japonesas no se limitan sólo al tipo de manantial y sus cualidades, sino a todo el ritual, connotaciones sociales y espiritualidad naturista que invaden estas tradicionales y seductoras instalaciones salpicadas por todo el archipiélago nipón.

Pero no hace falta desplazarse hasta el país asiático para vivir esta experiencia. En Orense, un balneario ha decidido rendir homenaje a Japón, uno de los países del mundo donde existe más tradición de manantiales y baño. Las termas Outariz ha unido las culturas gallega y japonesa en un mismo establecimiento, compuesto por diez termas calientes y tres frías organizadas en dos circuitos: el celta y el 'zen'. Es en este último donde se encuentra uno de los pocos 'onsen' de España.

Su director, Pablo Villuendas, residió durante un tiempo en el país del sol naciente y allí descubrió las ventajas del arte termal japonés. En tierras gallegas, promueve la filosofía 'zen' a través de un agua que siempre se encuentra a una temperatura de entre 36 y 41 grados centígrados, y a un precio bastante asequible: 5,50 euros las dos horas. Además, se puede disfrutar, bajo encargo, de su servicio de sushi o reservar el 'Family onsen', un espacio al aire libre acotado para parejas o grupos.

Los orígenes de los 'onsen' en Japón se remontan al año 700 a.C, cuando se utilizaban las propiedades saludables de los manantiales minero-termales de las rocas volcánicas del archipiélago nipón, que mantiene la temperatura cálida del agua de manera natural.

Sin embargo, no fue hasta principios del siglo XX cuando la explotación comercial de los manantiales se convirtió en una actividad nacional. Hoy en día, más de 2.500 de estos manantiales naturales están disponibles para su uso en tierras japonesas.

En los prolegómenos de esta explotación generalizada de los 'onsen' no existía la separación de género y, en algunos establecimientos, se incluía todo tipo de servicios relacionados con el sexo. Esto provocó un fuerte rechazo por parte de los extranjeros occidentales que residían en el país y que estaban acostumbrados a los balnearios europeos, mucho más recatados y con la consabida separación entre hombres y mujeres.

Ya en el siglo XIX, concretamente en 1870, una ley prohibió los 'onsen' mixtos o 'konyoku', aunque hoy en día se hace la vista gorda con algunos establecimientos en zonas rurales, algunos con más de 150 años de antigüedad.

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