Las niñas que nunca jugarán con disfraces

El mundo está lleno de guerras, conflictos civiles y situaciones de violencia generaliza. Una realidad que afecta a más de 50 millones de personas que tienen que abandonar sus hogares y vagar de país en país intentando forjar una nueva morada.

La guerra civil de Siria ha obligado a más de cuatro millones de personas a cruzar las fronteras y huir hacia paises cercanos. Hombres, mujeres y niños que no volverán a tener una vida normal.

Bajo este concepto, el artista Saint Hoax de origen sirio, decidió disfrazar a las niñas de un campo de refugiados de princesas de Disney para recordarles que sí existe otro tipo de vida lejos de la guerra. La idea surgió porque la mayoría nunca tendrá la oportunidad de jugar a los disfraces, ya que su realidad está por encima de todo esto como han explicado desde la ONG Malaak. Esta entidad junto al fotógrafo decidieron lanzar el proyecto Once Upon a War (Érase una vez una guerra) para generar conciencia sobre la situación de las niñas, en concreto, y de todos los refugiados en general, que viven en campamentos entre escombros, suciedad y pobreza.

Hoax ha compartido a través de su Instagram las imágenes de niñas como Maram e Hiba que residen temporalmente en Akkar (Líbano).

Maram de 16 años eligió la cenicienta porque es una soñadora. Ella cree en un futuro más feliz en el que pueda recordar las cosas buenas de su trágica experiencia. Hiba, de 2 años, ha nacido en Líbano donde está refugiada junto a sus padres. Ella nunca ha estado en Siria y ésta es la única vida que ha conocido.Tampoco ha visto la película de la Cenicienta, disfraz que eligió de entre todos los de las princesas gracias a los cuentos que ha escuchado. Igual que Hiba en Líbano, pero también en los diferentes campos de refugiados que hay por todo el mundo, hay miles de niñas que nunca han jugado con un disfraz.